Esta mañana, la situación parece todavía más fregada: las conversaciones entre el gobierno y la central obrera fueron suspendidas sin haberse llegado a un acuerdo; parece que, otra vez, se suspendió la entrega de combustibles; aquí, en Epizana, hasta los pulpos del peladero se pusieron de huelga por lo que, de repente y por fin, y por lo menos por ahora, se puede transitar por este trecho de la carretera como en cualquier país civilizado. Se dice que habrá más bloqueos de las carreteras a partir de las 12; nos preguntamos por qué recién a partir de las 12; ¿será que los campesinos, primero, atienden sus cosas de campo desde tempranito y recién luego van a divertirse gregariamente colocando rocas en la carretera - sin cansarse demasiado, según vimos ayer?
Como parte de nuestras averiguaciones, hablamos con un camionero. Este, sin que le pidiéramos nada sobre el particular, nos hizo una disertación, fiel reflejo de lo ya escuchado de la boca de aquel ferretero, el otro día, y del dueño del surtidor, ayer, a saber que el problema de los Bolivianos es que la mayoría es totalmente ignorante, cree que democracia es sinónimo de anarquía y haraganería, y no se da cuenta de que, con democracia, van obligadamente responsabilidades.
Incidentalmente, todos nuestros tres disertantes voluntarios destacaron, como símbolo de la ignorancia de los campesinos y mineros, su inhabilidad de leer y escribir. Pero a nosotros nos parece que, más importante que saber leer y escribir, es una actitud hacia la vida, el trabajo, la utilización del potencial que fue dado a cada uno, la perseverancia, la continuidad en los esfuerzos en una dirección; de qué sirve saber leer si no se utiliza el arte para ir aumentando sus conocimientos y ensanchando sus horizontes, cada uno, dentro y alrededor del lugar que ocupa en este mundo - y para esto mismo también hace falta la actitud; un bovino que teóricamente sabe leer sigue siendo un bovino. Nosotros conocemos gente que no sabe leer y que, sin embargo, tiene mucho más chispa en la cabeza, más inteligencia, creatividad, iniciativa, que muchos millones de empleados de oficina.
Sin duda, hoy será otro día cuando no nos conviene viajar, especialmente por donde y a donde queremos viajar.
Con tanta demora, empezamos a sentirnos maduros para una solución, o mejor dicho una salida, que habíamos analizado como una alternativa de emergencia desde el momento cuando nos enteramos de la huelga, pero que no habíamos querido considerar sino como último recurso; a saber, no volver por Sucre, Potosí y Oruro a La Paz, y de ahí pasar al norte de Chile, sino, lamentablemente, renunciar a todo lo susodicho y, de Sucre, virar directamente hacia el sur, hacia la Argentina, por una frontera por donde no pensábamos entrar. Aunque, así, no llegaríamos a ver Potosí y demás, con toda seguridad estamos viendo Bolivia por lo más famoso que tiene.
De todos modos, antes de tomar esta extrema determinación, quizás podríamos esperar unos días más. Como, hoy, parece que no habrá amenaza de lluvia, vamos >>>>>>>>