Cada monolito está provisto de muescas para asegurar su ensamblaje perfecto de una manera y no de otra, con otros monolitos escuadrados y preparados, tal como se hace, ahora, con los módulos reemplazables de artefactos modernos, para que no se los pueda colocar mal por error. Uno de estos behemotes prostrados en el suelo lo medimos en 8,30 metros x 4,60 de superficie plana y con 0,90 metro de espesor, y está caracterizado por no menos de 25 configuraciones técnicas talladas en él, algunas de éstas, a su vez, compuestas de cuatro detalles menores contenidos en cada una de ellas.
Juntas
Algunas de las cavaduras tienen un significado muy especial; porque servían para calzar grampas de cobre para afianzar los bloques entre sí, una técnica utilizada, se dice, solamente aquí y en Asiria y Etruria; quizás por colado directo del cobre en las rayas.
Lo curioso e impresionante de estas ruinas es que no son simplemente un desmoronamiento - más o menos limitado o completo - de piedras, sino una acumulación entrecruzada de colosos líticos que parecerían ser a prueba de cualquier destrucción y sin embargo, muchos de ellos, quebrados como por alguna catástrofe tan fuerte como la naturaleza misma. Muy diferente de una ruina común.
Algunos de estos colosos líticos fueron estimados a 100 toneladas y más - en un caso, hasta 400 toneladas - peso y volumen mayores que cualquier cosa en Tiahuanaco, y, se dice, fueron traídos 64 kilómetros en línea recta. ¿Cómo? es la sempiterna pregunta.
Entre los pedazos quebrados, hay partes de dos, o quizás tres, puertas ex-monolíticas. Parece haber sido esta modalidad de puertas talladas en su totalidad - jambas, dintel, varios nichos y recortes - enteramente de un solo bloque, predilecta si no obligatoria entre aquellos arquitectos ignotos. Inclusive, había una pequeña puerta monolítica, de unos 60 centímetros por 37 centímetros, para, se dice, dar paso a un puma, pero esta puertita no la vimos. Naturalmente, estos fragmentos de puertas ex-monolíticas y que probablemente se podrían re-ensamblar, tampoco se sabe dónde, en qué edificio, hoy inexistente, habrán estado originalmente.
También, vimos dos fragmentos de bajos relieves en franja como no vimos en Tiahuanaco; y vimos los mismos motivos decorativos de línea angular en circuito cerrado como en Tiahuanaco; no vimos incisiones como las de Tiahuanaco.
También hay, en Puma Puncu, excavaciones exploratorias, pero los yuyos, que también invaden los cuadriculados, otra vez denuncian una larga falta de fondos. Estas excavaciones también pusieron a luz muy extensas fundaciones hasta donde fueron llevadas.
Así fue nuestra visita a la Orilla Arida y la Puerta del Puma.
(Tia = orilla; huanaco = árida; puma = puma; puncu = puerta.)
Ahora bien, ¿qué se puede sacar en limpio, en cuanto a edad y origen, en base a lo que se puede ver y a lo que se podía ver antes del estado desastroso presente?