Finalmente, el Presidente y el Gerente General del Banco Central firmaron, y una cohorte de funcionarios escribió, leyó, manejó, aprobó, un cheque "de gerencia" con validez de 90 días calendario, como reza con demasiada claridad en el cheque, en vez de 90 días calendarios; quizás un ahorro de una letra en estos tiempos de penuria.
Y ahora ¿qué?. ¿Esperar que se normalice la situación o adentrarse en el país de todos modos? La incógnita y el dilema.
Mientras tanto, las transcripciones tan desesperadamente atrasadas se fueron poniendo al día; falta menos para estar totalmente al día. Incidentalmente, esta cinta que estamos grabando es la número 178 - tenemos más de 177 horas de relatos grabadas.
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Hoy, decidimos quedarnos en Copacabana unos días más.
"Choza" desde donde se vigila los campos sembrados
La semana que viene es semana de Carnaval; por más agobiante que sea la situación económica de los ciudadanos y del país, Carnaval es Carnaval; la semana que viene será una semana de actividades truncadas y, por lo tanto, de pérdida de tiempo. ¿Para qué embarcarnos en estos remolinos y perder nuestro tiempo?
Además, todavía falta para llegar a transcribir hasta esta misma cinta número 178; la variabilidad de las olas del lago y de las nubes del cielo sigue tan cautivante como el primer día; las noches, por el mismo hecho de que Copacabana es una cárcel sin movimiento posible, son perfectamente quietas. ¿Entonces, por qué no quedarnos aquí, no seguir disfrutando de esta vista del lago Titicaca, no eliminar totalmente nuestro atraso, no esperar que pasen la borrachera y demás incertidumbres del Carnaval?
Cuántos días todavía, no sabemos. Ya veremos.
Hasta la comida no es tan desesperada como pareció a Božka el primer día. El secreto está en que, si bien todos los días se puede conseguir cualquier cantidad de todo lo malo para la salud, cada día, con paciencia, se puede conseguir un poquito de algo bueno para la salud, de manera que, si bien no se puede comer lo que se quiere, siempre se consigue algo, aceptando la realidad de que algunas cosas no se consigue jamás. Pero, dentro de todo, gracias a la ingeniosidad de Božka, hasta ahora siempre hemos comido saludable y sabroso, salvo la duda de un artículo: aceite supuestamente comestible del cual no sabemos nada, porque su única identificación en el envase es "aceite mezcla".
Mezcla ¿de qué? quién sabe; extraído ¿cómo? quién sabe. Y a quién le importa. A nosotros sí, nos importaría saber de qué vegetal comemos el aceite, y si fue extraído por presión, por química o por calor, porque la única extracción >>>>>>>>