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concretas.  Seguro ya, pues, que mañana no viajaremos.  De todos modos, pongámonos al día.

»* El lago es más interesante que el mar. Tiene toda la amplitud marítima pero ostenta una sutileza y una multiplicidad, de formas y de comportamientos de olas, de las cuales el mar es simplemente incapaz. El mar es un aserradero con unos pocos movimientos básicos y brutos. Este lago es un taller de sutil ebanistería con muchas formas de olas y sus varias combinaciones, siempre cambiando a lo largo del día, en dócil reacción a los invisibles impulsos del viento.


En nuestro cayak abanderado, sobre el Titicaca

  Incidentalmente, la profundidad del lago no es de 280 metros solamente, según dicho en el Perú, sino que alcanza 365 metros en contraste con la poca profundidad donde crece la totora. Pero es normal que lagos de montaña tengan más desnivel en su fondo que lagos de llanura.

»* El cielo y su variedad de nubes encima del lago es igualmente interesante: parece un museo de formas y comportamientos de nubes; nunca vimos este cielo, azul de punta a punta; rara vez, lo vimos gris liso de punta a punta, o con un solo tipo de nube; casi siempre, como un muestrario de varias formaciones nubosas que habitualmente no se dan juntas, porque indican divergentes tendencias meteorológicas. Y es que así es aquí: cada nube hace lo que le parece, sin preocuparse de las demás. Vimos coexistir en el mismo cielo, en el mismo instante, varias nubes en diferentes partes, largando cada una un velo de diferente intensidad de lluvia, mientras que otras nubes se engalanaban de toda una paleta de hermosos colores solares, mientras que otras nubes no hacían nada, y mientras que, entre todo lo anterior, no faltaba algún manchón de cielo azul con su correspondiente manchón soleado en el agua o la orilla.

»* También hay, a veces, el curioso fenómeno, durante los últimos momentos de la puesta del Sol, de un doble poniente, o sea de dos últimos focos de claridad en el horizonte, a quizás 40 grados de distancia. Aquel que no sabría por la experiencia de otros días cuál es el poniente verdadero no sabría cuál es. La situación se debe a espesas nubes negras que, por alguna razón, suelen acumularse siempre en el mismo sitio, cortando la última claridad del anochecer en dos claridades.

»* Y de noche, cuando el cielo lo permite, qué presencia casi alcanzable tienen las estrellas, las constelaciones; no por nada: las miramos sin el obstáculo de cuatro kilómetros de aire y de humedad entre ellas y nosotros, porque estos cuatro kilómetros los tenemos debajo de nosotros.

»* El pueblo de Copacabana es una cárcel y una dictadura.

  Es una cárcel, en la cual, y fuera de la cual, los habitantes se pueden mover como quieren durante el día, pero en la cual están bajo llave para la >>>>>>>>