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- Decir que los Tahuantinsuyenses adoraban al Sol, y deducir de ello que el Sol era su dios, es por demás simplista. La cosa es mucho más compleja. Para simplificarla, se podría decir así.

  Había un dios, superior a todo, incluso al Sol. En este sentido, hasta se podría decir que la religión incaica era monoteística. Este dios asignó ciertas partes de su deidad respectivamente, al Sol, a la Luna y a otros cuerpos celestes, con las correspondientes influencias en la vida terrestre; con la absoluta preeminencia dada al Sol.

   Por otra parte, la noción del Sol era más compleja que un simple representante divino porque el inca, a su vez, era, parte hijo de hombre y parte hijo del Sol.

    De manera que, a esta altura, sería mejor preguntar a un teólogo.

- Las oraciones religiosas tenían carácter universal y bien podrían utilizarse en cualquier servicio religioso de hoy.

¡ Oh  Creador  Huirajrocha,  oh  Huirajrocha
Conquistador, siempre  presente Huirajrocha !

Tú, quien eres por toda la Tierra  sin igual;
Tú,  quien diste vida  y alma a  los hombres,
diciendo  "Que  esto sea un  hombre", y a las
mujeres, diciendo  "Que esto sea una  mujer";
Tú, quien los creaste y les diste existencia,
cuídalos, dales  bienestar y  paz.  Tú, quien
estás en  los  cielos entre  las tempestuosas
nubes,  concédenos  larga  vida y acepta este
sacrificio.

¡Oh, Huirajrocha!

- Los Tahuantinsuyenses creían en el poder de la buena y mala conducta: buena conducta traía vida tranquila, mala conducta traía problemas y enfermedades; y creían en el poder acumulado de la conducta colectiva: una acumulación de pecados en los súbditos podía repercutir en una enfermedad del inca mismo. Los Hopis tenían, y tienen, conceptos de influencia colectiva análogos.

- No había dioses feroces. No había necesidad, en las artes gráficas, de dragones y otros monstruos a la manera de muchas otras sociedades.

- Había solamente escasos sacrificios humanos, y conducidos de manera ... humana si se puede decirlo así, por narcosis y congelamiento.

-  Más bien se sacrificaba llamas. Parece que, cada amanecer, en el templo del Sol se sacrificaba una llama.

-  Había pocas torturas de prisioneros.