- Tenía mejores caminos y comunicaciones que los Romanos, y ciertamente que su contemporánea, la Europa del siglo XVI.
Eran "caminos" de verdad, para "caminar".
El más largo, de 5.760 kilómetros. Con puentes suspendidos, colgados de fibras naturales - el más alto conocido está a más de 5.000 metros, al sur de Machu Pijrchu; con túneles a través de rocas; cambiando a escalones cuando demasiado empinados; con retenes laterales, en desiertos, para protección contra invasión por arena; con lugares de descanso a lo largo de las escaleras; con frutales, cuando posible; con hosterías como lugares de esparcimiento en puntos pintorescos; con estaciones de descanso nocturno y aprovisionamiento, a distancias de un día de viaje, para oficiales en misión de gobierno; con puestos de estafeta a solamente dos o tres kilómetros de distancia para los chasquíes del emperador y de su administración - con este tupido espaciamiento, cada chasquí podía entregar el mensaje recibido a máxima velocidad en el punto siguiente, donde siempre había guardia de dos chasquíes, día y noche; así se mantenía una velocidad máxima de punta a punta del imperio y las noticias se movían centenares de kilómetros por día.
- Tenía tres ejércitos diferentes, acostumbrados a tres altitudes diferentes, y todo el mundo estaba sujeto a servicio militar.
- Para circunstancias extraordinarias, tenía medios también extraordinarios. Hay noticia de una expedición de expansión hacia la Amazonia por el río Beni, con 500 balsas y 10.000 hombres.
- Prefería victorias por astucia, persuasión, sin derramamiento de sangre. Sus ejércitos avanzaban con lentitud y dejaban los futuros súbditos convencerse de que era inútil resistir. Sus métodos de conquista y de absorción tenían analogía con aquellos de los Iroqueses.
- Después de conquistar zonas nuevas, para organizarlas productivamente los soldados se volvían trabajadores .
- Para cementar mejor el imperio y para no desperdiciar talento, muchas veces se incorporaba los dirigentes de los pueblos vencidos a la organización del estado.
- Había política bien planeada de desplazamiento y re-radicación de pueblos enteros para homogeneizar la civilización, pero sin perjudicar las costumbres regionales.
- Todos los súbditos tenían que hablar quechua a más de su idioma local.
- Impuestos eran del 25/oo del tiempo trabajado; y pagaderos en trabajos para el estado. Las edades antes de 16 años y después de 60 años eran no imponibles.