algún álcali, como ser cenizas, para ayudar en la fundición, y con un estabilizador, como ser cal, para ayudar en su impermeabilidad; pero podría haber otros ingredientes, según el propósito del vidrio, como ser alumino-silicato, boro-silicato, plomo; y hasta óxido de uranio - el cual crea, naturalmente, vidrio radioactivo.
En pocas palabras, lo que se llama comúnmente vidrio es solamente uno de muchos recovecos en un mundo de gran complejidad, donde únicamente eruditos y avezados expertos pueden esperar encontrar su camino, un mundo donde una casi infinidad de ingredientes químicos produce una casi infinidad de vidrios - desde derretible en agua a resistente a ácidos, desde resistente a armas de fuego a rompible según una norma pre-ordenada, desde una calidad atroz a una calidad desafiando piedras preciosas y que ni lapidarios pueden discernir sin análisis, desde resistente a altos calores hasta maleable con poco calor.
El plomo, curiosamente, es el ingrediente necesario para lograr el vidrio de mejor calidad de uso común, o sea el cristal.
¿Plomo en vidrio? ¿No parece la enfebrecida elucubración de un alquimista prometiendo la transmutación de plebeyo vidrio a noble cristal por el medio menos verosímil posible?
Sin embargo, vidrio con plomo - con óxido de plomo, para ser más exacto - tiene mejor transparencia, mejor brillo, mejor refracción, es más blando, más fácil de llevar a estado maleable, más fácil de tallar.
Esta fábrica le agrega a su vidrio hasta 30/oo de plomo para conseguir el cristal más puro de la Tierra.
Pero el plomo solo no hace milagros:
» esta fábrica trae su arena nada menos que de un lugar específico en Africa;
» la última cámara del horno de fundición está hecha de platino; y los >>batidores mismos también están hechos de platino; es horno, naturalmente, de >>producción continua;
» cada hora, las 24 horas del día y de la noche, se toma una muestra del >>cristal y se la examina con un microscopio;
» tres veces a la semana, se examina muestras del cristal con rayos X y se las >>somete a pruebas químicas.
Así que la calidad de este cristal no es una casualidad.
Pasando de calidad a cantidad, en otra parte de la empresa también vimos funcionar una máquina que era difícil de seguir con la vista; fabricaba, para no decir que escupía, los cascos de vidrio para dos mil bombillas eléctricas por minuto; y en cuanto a tubos fluorescentes, se los puede fabricar a razón de más de 50, cincuenta, kilómetros por hora.