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anti-rechazo en el plasma de la mujer encinta. Y así, el doctor Covey, "norteamericano" según el Dr. Cabrera - suponemos que Vespucciano, aunque podría ser también Canadiense, no cierto - aun más recientemente, en 1982, trataba de modelar una molécula basada en las hormonas esteroides como la foliculina, que participan en la gestación, molécula capaz de destruir tejidos cancerosos.

De todos modos, ya que estábamos, tomamos, por gentil autorización del Dr. Cabrera, varias fotografías; entre ellas, una, de un transplante de corazón, con administración al paciente de anestesia y de hormona anti-rechazo; una, de un procedimiento de electrosutura después de un transplante de la corteza cerebral, con energía captada directamente del ambiente; una, de América del Norte y América del Sur, cuando eran todavía dos continentes separados, y en compañía de la Atlántida por un lado y de Mu por el otro. Al respecto, tenemos que dar crédito al intérprete epigrafista gliptolítico que, para él, la Atlántida no es otra cosa que la franja atlántica de Europa y de Africa del Norte, y Mu no es otra cosa que parte de Asia.

Ah, pero, el suspenso no termina aquí.

Hablando de la dogmática imposibilidad de coexistencia de hombres y dinosaurios, el buen médico nos declaró triunfalmente, y subrayó su triunfo con fotografías, que hace apenas dos o tres meses que descubrió él mismo, a no más de cincuenta kilómetros de la Plaza de Armas de Ica, coexistiendo en una misma capa geológica, parte de un esqueleto de dinosaurio y parte de un esqueleto humano; no exactamente lado a lado, pero en la misma capa geológica; junto, incidentalmente, con restos dinosaurinos fosilizados inhabituales, como huevos de dinosaurios todavía no puestos, o sea sin cáscara. Todo ello, en un lugar, por colmo, donde cualquiera que se hubiese tomado el trabajo de escalar una ladera muy resbaladiza lo hubiese visto también, ya que todo estaba, y está todavía, en la superficie del suelo. Así que él no tuvo que hacer ninguna excavación. Todo lo cual incluirá en su película de dos horas en rodaje ahora respecto a las piedras y sus mensajes, razón de la refacción total de la caserona.

En la calle, donde todo el mundo conoce al Dr. Cabrera y sus piedras, parece que nadie cree en la autenticidad de las piedras, y muchos no hesitan en afirmar que las piedras las manda a tallar de medida el médico mismo en un pueblo cercano llamado Ocucaje. Ahora que el médico-interprete esotérico mismo, sin que se lo pidiéramos, nos dijo espontáneamente que las piedras vienen de una cueva cerca de Ocucaje.

Así que tenemos una colisión múltiple, involucrando:

1) una cabeza aparentemente sana y culta;
2) nociones, cuando no fuera de este mundo por lo menos fuera de esta humanidad;
3)razonamientos - no una única vez, acaso por accidente o confusión, sino en >>>>>>>>