ramificadas en hasta ocho sub-hebras; y todas las hebras o sub-hebras, codificadas, con diferentes trenzados, grosores, colores, y una gran variedad de nudos en sus estructuras y largos.
El quipo utilizaba el sistema decimal. Pero no servía solamente para "anotar" cantidades; también, para "archivar datos no numéricos".
Aun hoy, algunos pastores llevan datos de cantidades y de otras características de sus rebaños por medio del quipo.
Quisiéramos preguntar, pero - considerando el comprobado lacayismo de los que tendrían que ser cerberos vetando el agringamiento de Huari en Wari - tristemente, no tenemos a quién preguntar, si el sonido original era quipo o quipos o quipu o quipú o qué. Solamente un escrito de la Colonia podría informarnos fehacientemente.
Vimos, entre las momias - que, naturalmente, no podían faltar - momias por cierto muy inhabituales: la momia de una mujer en parto, con ella y la criatura muerta; la momia de un estómago, de un pulmón con neumonía, de un pulmón con lesiones, y de erupciones de varios tipos en la piel.
Vimos dieciséis formas diferentes de usar los adobes a lo largo de los siglos.
Vimos cráneos deformados a propósito; muchos tipos de peinados: uno, con trencitas finitas y largas, decoradas de ataduras, muy similares a las que vimos en las beldades negras en Vespuccia.
En pocas palabras, mucho interés amontonado en este pequeño museo.
Y ahora, de vuelta adonde el Dr. Cabrera y sus piedras talladas misteriosas, si es que se digna recibirnos.
Sí, nos recibió el Dr. Cabrera. Nos recibió tan bien, nos mostró tantas piedras y nos contó tantas cosas inauditas que se hizo muy tarde. Tan tarde que ya no habría, hoy, el tiempo que se merece el relato de tan heterodoxas afirmaciones y convicciones.
De todos modos, tenemos que volver a verlo mañana por la mañana, y con toda seguridad nos bombardeará con más contundentes afirmaciones, en total desacuerdo con las nociones habitualmente aceptadas en el mundo científico establecido - incluyendo en su propio mundo médico al cual pertenece. Y todo, basado en la interpretación de los dibujos de sus piedras esotéricas.
Vimos que son piedras de canto rodado; algunas, pequeñas como un puño cerrado, otras, grandes como para necesitar varios hombres para moverlas; y todas, densamente cubiertas con dibujos formados por incisiones, en la casi totalidad si no totalidad de la piedra.
Mejor esperar hasta mañana.