que nunca usan armas, de hoja o de fuego, y que prefieren escabullirse con obsequiosas - sí, obsequiosas, disculpas cuando las circunstancias se tornan contra ellos.
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Esta mañana, empezamos nuestro último amanecer en Lima con dos últimas visitas.
\LM/ Fuimos a ver el repetidamente citado Palacio Torre Tagle.
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Citado como siendo la mejor residencia colonial de toda América. Convertido a ministerio. Incluso, parece que ahora el edificio está reforzado con un esqueleto de cemento y acero, y que su maderaje está tratado con pentaclorofenol. La pura verdad es que a nosotros no nos impresionó fuera de medida.
\LM/ También fuimos a ver el no tan, pero algo, afamado Puente de Piedras.
FIN
Construido en 1610, su curiosidad es que su argamasa fue reforzada con centenares de miles de claras de huevos para darle mejor cuerpo, la misma técnica utilizada por los Checos, siglos antes, en la construcción del hoy famoso puente del rey Carlos - Karlův most - en Praga.
La pura verdad es que la única relación entre los dos puentes es la técnica de las claras de huevos, porque, mientras el puente de Praga es una obra de arte, éste es un viejo puente utilitario y nada más.
Bueno, tomamos nuestro último desayuno-con-música-clásica dentro de un futuro previsible. Y ahora, adelante hacia el sur, hacia nuestra próxima meta, el sitio arqueológico de Pachacamac.
Sin gloria y con bastante pena, logramos cruzar la inverosímil salida desde el centro de Lima hacia el desierto; es increíble que la primera, o la última, impresión de una ciudad tenga que ser tan deprimente.
Ahá, parece que empieza una autopista. Ni se nos había ocurrido preguntarnos qué tipo de camino nos esperaba, habituados que ya estamos a la natural inevitabilidad de caminos malos.
Estamos en Pachacamac.
No hay duda de que, en otros tiempos, sobre muchos siglos, fue un centro ceremonial, de gran extensión, de forma y superficie variables con el correr de las épocas, de hasta 1.200 metros de diagonal. Y se puede hacer, muy honestamente, una muy impresionante lista cronológica incluyendo las tres capas y épocas siguientes:
Þ el ex-templo de Urpihuachac, el ex-templo de Pachacamac, ambos, de la época entre c.C. y 700 d.C.;