Increíble. No sin razón, cuando estamos estacionados en cualquier parte, estamos vigilando tanto por los tres retrovisores como el frente del coche.
No nos acordamos si ya anotamos que, en ciertas circunstancias, Karel muy simplemente se queda fuera del vehículo, montando guardia todo alrededor - desde cierta distancia, porque desde demasiado cerca no vería qué pasa del otro lado del vehículo.
Y finalmente, la nota humorística de hoy, a no ser que sea una nota trágica; en el renglón de la informática callejera. Un hombre nos dio la información de ir "de frente par'atrás".
Y una nota alentadora: medios caseros ... pero suena lindo
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Hoy, nos quedamos desconcertados ante un cartel ofreciendo pay de manzana, medio-inglés-medio-castellano, o sea pago de manzana; hasta que nos avivamos que no era la palabra inglesa pay sino la transcripción castellana de la pronunciación de la palabra inglesa pie; ¿por qué tiene la gente que bastardizar su propio idioma sin otra razón que su propia falta de sesos, o exceso de vanidad?
Hoy, por otra parte, fue un día de continua y creciente irritación.
Habiendo recibido los nuevos requisitos para las fotografías del documento vespucciano, decidimos, a pesar de lo enojoso ya del caso, pero por la grandísima duda, conseguir las dichosas fotografías en el estilo nuevo. No sabíamos qué nos esperaba.
Para obtener cuatro fotografías según las especificaciones, nos pasamos literalmente todo el día, de las 10 a las 18:30; fuimos a cuatro sitios diferentes, en diferentes barrios; tuvimos que hacer sacar 40, cuarenta, fotografías para lograr las cuatro según los requisitos. Treinta y seis fotografías con los más inverosímiles defectos, de tamaño, de color - y, cada vez, el operario asegurándonos que así tenía que ser y que de otra manera no podía ser. Esa gente no tiene noción de disciplina, de trabajo bien hecho, de exactitud, de aprovechar una experiencia anterior para hacer las cosas mejor la próxima vez. Cada vez es una primera vez, repitiendo una y otra vez siempre los mismos errores anteriores. Querer hablarles de tales cosas es querer hablar a un ciego nato de colores. Hay que esperar que, por fin y por casualidad, la cosa salga bien. Es lo que hicimos, es lo que nos tardó de las 10 a las 18:30, un día totalmente perdido, un día que no podremos recuperar porque estamos apretados por la llegada de Navidad dentro de pocos días, y queremos estar ya fuera de este Lima.
Pero, ¿por qué quejarnos? ¿No se enriqueció así, acaso, esta Expedición, con >>>>>>>>