Por lo menos, los pudimos cambiar por amortiguadores con su marca y su origen importado estampados en el cuerpo, en vez de aquellos amortiguadores anónimos que nos quisieron encajar en el otro taller. No pequeño arreglo, pero, ahora, el vehículo ciertamente tiene una mejor postura.
Al salir del taller, Božka quiso comprar unos mangos de un vendedor callejero a unos 50 metros de ahí. Mientras recorría la distancia con el monedero en la mano, unos hombres, desde el otro lado de la calle, le gritaron "le van a enganchar la cartera". Rápidamente, Karel cerró las dos puertas abiertas del vehículo para apostarse a mitad del camino entre Božka y el vehículo, para proteger ambos. Al mismo tiempo que cerraba las puertas, se le acercaron dos otros hombres tratando de empezar una conversación con voz mielosa. Karel sintió que eran dos rateros y no los dejó acercarse. Entonces estos hombres se fueron hacia el carrito de mangos donde ya estaba Božka, y Karel, viendo esto, en vez de apostarse a mitad de camino entre el vehículo y Božka, fue cerca de ella, siempre con un ojo en el carro, naturalmente. Los mangos que Božka quería comprar ya estaban en la balanza, pero el vendedor empezó a dilatar, a demorar, era evidente que estaba de connivencia con los dos sospechosos. Para no caer en una trampa, dejamos los mangos donde estaban y regresamos al vehículo. La gente del taller de elásticos nos dijo "ojo, estos son dos rateros". Les dijimos que ya sabíamos. Estamos aprendiendo rápido los detalles de esta modalidad de vivir.
Mañana será el 8 de diciembre. Otro día cuando nos quedaremos inmóviles en un sitio por las incógnitas de los acontecimientos; pero, esta vez no será por las demandas de partidos políticos, sino por la Inmaculada Concepción de la Virgen.
Navidad se está obviamente acercando. Arboles de Navidad de auténtico plástico y hasta prenevados ya están por doquier. El mercantilismo de los juguetes está ya anunciando esta fecha religiosa. Empero no sabemos cómo los niños podrán disfrutar de sus juguetes a no ser que tomen un curso acelerado de idioma inglés, porque todos los juguetes a la vista son importados. Parece que un país que ni tiene fondos para pagar su deuda externa tiene dinero para importar juguetes. Y qué pensar de un país que no es capaz de producir juguetes para sus propios niños?
Y como si fuera poco, algunos juguetes son una directa y descarada propaganda para marcas comerciales, como ser una pelota con el nombre de una gaseosa, una pelota con el nombre de productos fotográficos, un camioncito con el nombre de otra gaseosa, y así sucesivamente. Las grandes empresas transnacionales encontraron la manera para que los niños les hagan publicidad y los niños les paguen por encima - en vez de recibir una bonificación por hacerlo; sin contar el astuto condicionamiento de los niños de hoy para que sean automáticos compradores mañana.
Pero las deficiencias están por todos los lados. Y, para repetirlo otra vez, no deficiencias de tecnología, sino de sesos.