gusta. Ya ni se sorprendió de que las máquinas eran de las importadas, con todos los controles más modernos de agua fría, agua caliente, y todo lo demás - salvo que la lavandería no tiene instalación de agua caliente. Todo se hace con agua fría, pura y simple. Bueno, no sabemos si es pura, pero seguramente está fría.
Por otra parte, fuimos a hacer cambiar los amortiguadores de adelante, con la confianza de que, en un par de horas, nos iríamos con los amortiguadores nuevos importados de Vespuccia. Ah, pero, dos horas más tarde, nos íbamos del taller con los amortiguadores viejos nuestros colocados nuevamente. ¿Por qué? Por alguna razón, no quisimos creer al mecánico cuando éste nos quiso colocar amortiguadores sin marca, sin procedencia, sin nada, puramente anónimos, asegurándonos que eran los originales de fábrica y que en otras marcas importadas no había un solo amortiguador para nuestro vehículo en todo Lima. Le dijimos que nos colocara de vuelta los amortiguadores viejos y nos fuimos. Tiempo perdido, pero así son las cosas.
Por otra parte más, hicimos engrasar los muelles. Haciéndolo, descubrieron, para entendible desagrado nuestro, que tenemos rota una hoja de elástico en un muelle trasero; y luego, para más desagrado todavía, que tenemos otra hoja rota, en el otro muelle trasero.
Por lo tanto, fuimos a ver un taller especializado en la materia, y aprovechamos la oportunidad para hablar de amortiguadores. Nos aseguró el hombre que se puede conseguir amortiguadores importados de verdad. Vamos a ver mañana.
Durante nuestras andanzas, vimos nuestro choque de cada día.
Karel le preguntó a Božka cómo podía ser que, en las primeras semanas en Lima, no habíamos visto ninguno y que ahora parecían acumularse. Božka, con toda perspicacia, hizo notar que las primeras semanas las habíamos pasado sedentariamente frente al laboratorio fotográfico, que estos últimos días eran los primeros cuando realmente nos movíamos. ¡Qué astucia!
Hoy, también aprendimos dos cosas: una, ligada con el pasado; otra, apuntando hacia el futuro.
Mirando hacia el pasado, Lima fue fundada a orilla del río Rímac, y Lima es una deformación de Rímac.
Mirando hacia el futuro, parece que se está perfilando una solución elegante a la absurdidad ya mencionada de las monedas de oro de puro papel, por lo menos en el Perú: el primero de enero del año venidero, se pondrá en circulación una moneda que ya no se llamará soles de oro, sino simplemente Intis, la palabra quechua que significa Sol; una manera elegante de sepultar la absurdidad, y un interesante caso de retorno a las raíces históricas del idioma quechua.