Ya era como para preocuparse, con 36 rollos esperando, y ningún laboratorio a la vista desde Panamá. Pero parece que están saliendo bien.
Hoy, el Perú se ganó otra palma, y no de las buenas; fuimos víctimas de una trampa y de un robo.
Una de las veces cuando Karel regresó de una de sus numerosas visitas al laboratorio fotográfico, ya que mandamos revelar nuestros rollos de a dos para minimizar riesgos, Božka le contó que se había aproximado un hombre para decirle que se estaba desinflando una llanta; que cuando ella, como era natural, se bajó para ver, no vio nada; que, antes de que pudiera recapacitar, el hombre se había esfumado; y que un transeúnte le dijo a ella que otro hombre había robado algo en el vehículo; pero que ella no podía ver que faltase algo - todo lo esencial estaba en su lugar, especialmente una grabadora y la radio, que estaban muy a mano; Karel tampoco vio que faltase algo. Pero eventualmente nos dimos cuenta de que faltaba el detector de radiaciones nucleares ... cuyo lugar estaba debajo de todo lo demás, casi debajo del asiento - no porque era tan útil para nosotros sino, al contrario, porque lo utilizábamos tan poco. ¿Por qué ese atorrante robó una bolsa cuyo contenido él desconocía, una bolsa de aspecto totalmente inconsecuente a medio sepultada debajo de otras cosas, casi debajo del asiento - de manera que nosotros mismos olvidábamos su existencia, en vez de robar cosas mucho más robables y que estaban al alcance de la mano, como el grabador y la radio? Todavía no entendemos; pero sabemos que de poco le servirá, que no sabrá cómo utilizarlo, probablemente ni sabrá qué es, y sabemos que, para nosotros, no es una gran pérdida porque ya nos dio la utilidad que esperábamos de él; y sí, el episodio es una gran lección que, quizás, nos evitará pérdidas mayores en el futuro.
Por lo menos, las fotografías van saliendo lindas. Parece como si viéramos las vistas por primera vez, o como si hiciéramos la Expedición por segunda vez, y no es una contradicción.
Otras notas.
•) Los baños públicos están, aquí, tan escasos y tan cochinos como en los peores sitios que vimos. Con la diferencia agravante de que semejante cochinada nunca vimos en una ciudad grande, y menos ciudad capital, como ésta.
•) Nos enteramos de que la leche está adicionada de harina de pescado y otros ingredientes insospechados para poder decir que las vacas peruanas producen bastante leche para la población.
•) Compramos una leche con el muy técnico rótulo de pasteurizada, pero el muy casero gusto de simplemente hervida.
•) Entre las mantecas, no todas son del simple origen cremoso. Vimos una manteca "reconstituida" hecha a base de manteca anhidra, un poco de leche, y el agregado de diacetil, carotena, emulsificante y estabilizador. ¿Dónde está >>>>>>>>