Otro ejemplo de los niños peruanos. Recién, uno nos tomó como meta de su más depurado arte de escupir a larga distancia, con el propio lanzamiento de la cabeza y el exacto alargamiento del cuerpo hacia adelante.
Otra vez nos sumergimos en la bruma y la frescura costeras.
Paraje El Aspero, cerca del pueblo de Supe.
Teníamos dos informaciones. Una, que, en la zona, se había encontrado un sitio pre-cerámico; y la otra, que se había encontrado paredes, frisos, nichos y puertas trapezoidales de "3.500 años antes de los incas".
En una pequeña lomita - totalmente revuelta, aparentemente por excavaciones, en particular con un cráter en su medio que se parece al cráter dejado por una bomba - encontramos fragmentos de hileras de piedras encimadas; evidentemente no el resultado de la casualidad, pero evidentemente no lo buscado.
En seguida, un lugareño nos afirmó con la autoridad de quien sabe por haber vivido treinta años en la zona que "son ruinas incaicas" y que "hay un corredor subterráneo que las comunica con las ruinas incas de Paramonga"; es increíble cómo se inventan estos cuentos con toda seriedad; si nosotros no supiéramos un poco más, hasta lo podríamos creer por la autoridad con la cual lo decía. Algo quizás un poco más creíble es que, un par de años atrás, vinieron unos gringos con detectores de metal y fueron ellos quienes cavaron el cráter en el centro de la loma.
En cuanto a "las paredes de piedra y frisos y nichos y puertas trapezoidales", no encontramos ni la sombra, ni siquiera algún lugareño tratando de inventarlos para nosotros. También es increíble cómo, hasta en fuentes impresas, se da informaciones, a veces, totalmente sin fundamento. ¿O es que erramos el sitio?
Al sur del pueblo de Huacho, la carretera se ha vuelto perfectamente rectilínea sobre grandes distancias; se la ve recta hasta el infinito, y cuando se llega al infinito, aparece otra extensión recta hasta otro infinito; así, ya nos enfrentamos con, y alcanzamos, por lo menos unos ocho infinitos. Y siempre, a ambos lados de la carretera, un desierto absoluto, a veces, visible sobre grandes distancias hacia los costados cuando la topografía lo permite.
Ahá, una extensa, muy extensa, curva; apenas una curva. Ya se imponía después de tanta rectilineidad.
Otra curva igual en sentido contrario como para compensar. ¿Por qué las dos? Tiene que haber una razón muy buena.
Ahora, apareció lo habitual de un desierto. Un espejismo: estamos, o nos parece que estamos, pero sí, estamos, en una verdadera autopista, con dos carriles en una dirección, separados, por una medianera, de dos carriles en la >>>>>>>>