Esta mañana, en dirección a la extremidad final del Callejón de Huaylas, el Cañón del Pato.
Según la información que tenemos, este Cañón del Pato es famoso, y uno de los grandes espectáculos naturales del Perú, porque es un colosal desfiladero de 15 kilómetros de largo, donde las corderías Blanca y Negra se aproximan hasta menos de 15 metros una de la otra, el espesor de una hoja de cuchillo en términos geológicos, formando, a ambos lados del desfiladero, paredes cortadas a pique de hasta 1.000 metros; y es famoso por el titánico trabajo de ingeniería que hubo que efectuar para hacer escurrirse por este cañón un paso vial tallado en cornisa, y enhebrando, como un collar, 36 túneles.
Pero, por ahora, las cosas no prometen semejante grandiosidad. Al contrario, con cada kilómetro, las serranías - que ni se puede llamar corderías - de ambos lados del valle se van haciendo cada vez más bajas y ordinarias, y la única razón por qué la carretera sigue debajo del nivel de las sierras es que ella también está bajando.
Kilómetro tras kilómetro, nos preguntamos cuándo desaparecerán las serranías por completo; pero la carretera sigue bajando todavía más, así que las serranías, por ahora, no se esfuman. Parece una competición entre la carretera y las serranías para ver quién bajará más rápido. El suspenso está en ver si las sierras lograrán sobrevivir y si realmente hay algún cañón al final de este viaje.
Con las sierras ya descendidas al nivel de vulgares, por lo menos algo para captar el interés: apareció una de las consabidas barreras de un puesto de control.
Pero una de las consabidas barreras de un puesto de control no fue. Fue la barrera de un puesto de control muy especial, como ningún otro.
Después de una cascada de eventos, estamos estacionados, en la tranquilidad de la tardecita, en un paisaje ahora grandioso, en vista del pueblecito donde vamos a pasar la noche. La Luna, casi llena, ni pudo esperar que se haya ido la luz residual del Sol, y ya contribuye a la belleza del paisaje.
En la barrera y después de la barrera, pasó lo siguiente.
Interrupción.
. .
*
▪
La interrupción fue de toda la noche y del día siguiente. Recién ahora vamos a tratar de seguir con el relato.