bases de los conos verticales y tocándose pues, para formar una faz y una mitad del muro; y colocaban, en paralelo, una hilera idéntica de conos, con la punta de estos conos hacia la punta de los conos de la hilera anterior y con la base hacia afuera, como para formar la otra faz y mitad del muro; y rellenaban los espacios vacíos con adobe suelto; y seguían encimando más hileras de conos encontrados, y rellenando los espacios vacíos, para ir así formando el muro. Curiosa técnica, sin duda.
En la poquísima superficie de muro despejada, también se descubrió dos grandes bajorrelieves, también de barro, realzados con colores.
Pero todo lo susodicho es por ahora un juguete o un sueño de los arqueólogos. Todo está parado. No se hace más excavaciones. La casi totalidad del recinto sigue guardando sus secretos; y lo poquito descubierto - que, sin embargo, parece de gran interés - fue dejado así no más a la intemperie, sin cobertizo, a la merced de los elementos. Porque lo que se hizo, se hizo con una donación de una empresa alemana, pero el dinero se terminó, y con él, se terminaron los trabajos sin siquiera proteger lo destapado.
De más interés práctico para el viajero es la faz externa del muro de circunvalación del recinto. Este muro de circunvalación también está hecho de adobe, pero su faz externa tiene un revestimiento lítico de lajas con grabados; lajas de muy variadas formas y dimensiones, un grabado por laja, y todos los grabados en bajo relieve.
¡Y qué grabados! En 300 tallas, o más, desfila una historia, ilustrada sin omitir un detalle, que sin duda haría las delicias de los amantes de horror horripilante, y seguramente no sería tema de conversación de sobremesa entre personas de fina sensibilidad.
Aquí, la sangre brotando del ojo
El conjunto presenta la última fase
de una cruenta lucha entre vencedores
y vencidos. Los vencedores, erguidos,
armados, adornados, insensibilizados. sangre a chorro
Ah pero ¡los vencidos! Los vencidos,
con las piernas cortadas, con los corte de
brazos cortados, con ojos arrancados, decapitado
con lengua arrancada, con la cabeza
cortada - indicándose claramente el corte de
detalle de si fue por decapitación o degollado
por degüello, con chorros de sangre
saliendo por todas las partes, con sin ojos:
la boca tremendamente abierta en un arrancados
bestial grito de dolor que parece
escucharse de la piedra misma, con
manos agarrándose la barriga porque columna
le están saliendo todas las vísceras. vertebral
Y por separado, en otras lápidas,