vieron este fenómeno, la niña habrá nacido con un caso de anacefalía, los médicos de entonces habrán tratado de corregir la anomalía quirúrgicamente - después de todo, nosotros vimos un cráneo trepanado procedente de Cuélap - y ante la imposibilidad de lograr su propósito, por alguna razón, decidieron conservar el cuerpo achicándolo y momificándolo. Fue realmente un privilegio haber visto tan extraordinario caso.
Realmente, algo extra-ordinario
Volviendo al extraordinario conjunto de extraordinarias cerámicas mochicas, es el fruto de treinta años de dedicación por parte del dueño del grifo, quien, cada sol que le dan sus bombas de nafta, lo invierte en cerámicas - a punto de haberse quedado una vez al borde de la bancarrota - y sigue invirtiéndolo. También nos enteramos de lo siguiente.
ð Cada pieza de cerámica que sale de la tierra se deja en remojo en agua con limón, o sea con ácido cítrico, durante seis o siete días para limpiarla de los hongos y otras impurezas; luego, se pasa la pieza a remojar en agua pura durante unos dos días; luego, se deja secar; y se la lustra con una pasta de calzado de color neutro.
ð A más de la habitual coexistencia de piezas falsas y de piezas auténticas, se dan casos de piezas cuya cerámica es auténtica pero cuyos dibujos o adornos fueron agregados para hacerlas más vendibles; para saber si el dibujo es auténtico, hay que tocarlo con solvente: si desaparece, era falso, si queda, es auténtico.
ð Otro indicio de falsificación o autenticidad: si la pieza queda fría en las manos, es auténtica; si pierde su frescura, es falsa.
Así fue nuestra visita inesperadamente larga, inesperadamente maravillosa, a esta colección extraordinaria para la cual su dueño piensa construir algún día un museo en debida forma bajo su propio nombre, Museo Arqueológico Cassinelli.
T Luego, quedó todavía tiempo para llegar, finalmente, a la Huaca del Arco Iris o Huaca del Dragón.
Este sitio no es un templo como se lo suele llamar; es una huaca; no es un edificio; es un lugar sagrado; no tiene interés estructural alguno; es un puro paralelepípedo macizo y por lo tanto sin puertas o ventanas; su interés estriba en unos altorrelieves moldeados de adobe - en ciertas partes, todavía los originales, en otras partes, remoldeados con toda la falta de sutileza y de elegancia de la cultura hormigonera comtemporánea.
Naturalmente, estos altorrelieves son pura simbología cuya interpretación es un juego de adivinanza con varias interpretaciones posibles.