alguno, el mismo aspecto que cuando los recorrimos por primera vez. En algunos lugares, el tránsito había sido cortado totalmente. En un lugar, todavía estaba trabajando una niveladora para despejar el paso. Se podría argüir tal vez que habría menos derrumbes, o derrumbes menos severos, si el trabajo, el despeje, básico de terracería hubiese sido más amplio, pero, con todo, después de ver el terreno que vimos, es más fácil entender, y más difícil criticar.
También, pensábamos llegar de Cajamarca a la costa de un tirón, pero vamos a pasar la noche en nuestra conocida plazoleta florida de Chilete.
La plazoleta
Es que, al brincar de las últimas dos semanas, se nos había hecho evidente que tendríamos que reajustar la carga de nuestro porta-equipaje. Y, al llegar a la plazoleta, se nos ocurrió: ¿por qué no hacerlo aquí? Lo hicimos. Pero cuando terminamos, se nos hizo evidente que, por lo que ya conocemos del camino a la costa, en las dos o tres horas que quedaban de la tarde, no llegaríamos a ningún sitio adecuado para pernoctar. Conclusión: decidimos quedarnos aquí.
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Esta mañana, sigue la bajada hacia la costa; y siguen los enfrentamientos con animales que, por aquí, parecen más brutos que en otras partes.
» Ya el otro día, cuando pasábamos cerquita de una vaca que nos cortaba el camino, la bien bruta no encontró mejor cosa que darnos una patada en uno de los focos de niebla, astillando un protector que teníamos contra las piedras - sin llegar a tocar, felizmente, el foco.
»» Esta mañana, apenas salimos, un perro, que estaba lo más tranquilamente muy al costado del camino, a último segundo disparó, cruzando adelante de las ruedas y Karel tuvo que dar una fuerte frenada para no llevarlo por delante.
»»» Y recién, lo último en la serie. Una gallina que estaba en el medio del camino huyó hacia un costado - pero ... cuando ya estaba a salvo, decidió que probablemente el otro lado del camino sería más seguro y se nos metió delante de las ruedas. En el momento del inevitable choque quiso escapar volando hacia arriba, con el resultado neto de que chocó contra el protector de plástico ya astillado por la vaca, destruyéndolo por completo.
Si habremos encontrado animales en las carreteras, de todo pelaje y de todo plumaje, desde México para el sur, pero tan estúpidos como éstos, nunca. Y, naturalmente, en Vespuccia o Canadá, un animal en la carretera sería algo total- y absolutamente impensable. Más factible sería encontrarse en una >>>>>>>>