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Al mismo tiempo que se extendía la vegetación natural, se sentía un ambiente más baritropical, con pájaros de vivos colores y con mariposas, así como con el canto de las chicharras.

Lo malo de la situación era que no sabíamos, de momento en momento, si lo que sufríamos y, sobre todo, nuestro coche sufría, era un tramo limitado, después del cual se podría viajar otra vez por la carretera en construcción, aun cuando sin pavimentar, o si lo malo seguiría simplemente siendo malo. Los gigantescos trabajos de terracería de la carretera en construcción siempre seguían a la vista de un lado y otro para darnos la esperanza de que quizás, quizás ... pero no, y no, y no.



Ruta en construcción

Por lo menos, tuvimos que admirarnos muchas veces ante el trabajo de titanes que representa la construcción de una carretera en semejante topografía, con laderas de 60 u 80 grados, con derrumbes a cada paso, y la implacable erosión; algunos ingenieros viales no tienen la vida fácil.

Terminamos ese segundo día pernoctando en el villorrio de Chamaya, con la impresión de que nuestra velocidad de 15 kilómetros por hora durante 10 horas debía de ser una maximarca mundial de lentitud; ... pero en la inocente ignorancia de lo que nos esperaba en el tercer día, que termina ahora.

<♦♦♦>  Esta mañana, de Chamaya, empezamos a las 6 de la madrugada, en la esperanza de llegar a nuestro destino, Tingo, no Cuélap, simplemente en el mismo día.

El conductor manejó denodadamente, con gran esfuerzo, con empeño, con terquedad - con no más paradas que las más esenciales, para que el fotógrafo pudiera tomar dos o tres fotografías, y para enfrentarnos con tres estrictos controles de nuestros pasaportes - todo, para llegar al pueblo de ... Jazán.

De Chamaya a Jazán, hay 112 kilómetros. Nos cuesta creerlo nosotros mismos, pero lo hicimos nosotros, nadie nos lo contó: recorrimos 112 kilómetros en 11 horas de tortura de nuestro coche, y de terco empeño por nosotros; una velocidad, término medio, de - no lo podemos creer, pero así es - 10 kilómetros 181 metros por cada hora durante 11 horas. Ciertamente debe de ser algún tipo de maximarca mundial de lentitud sostenida durante tantas horas. Se quedará uno de los acontecimientos de esta Expedición.

Durante este tercer día, cruzamos el famoso río Marañón. Por lo que vimos, por lo menos en el punto donde lo vimos, un muy poco distinguido torrente; pero famoso, al fin, por ser uno de los dos campeones que se enfrentan por el honor de ser la fuente del famosísimo río de las Amazonas.



El Marañón cerca de Chamaya

Todo el mundo está de acuerdo en que el río de las Amazonas empieza en el Perú, a 4.800 metros de altitud - bueno, más o menos.  Pero ¿dónde?  Hay dos contrincantes para tal honor, este río Marañón, y la rama Ucayali-Apurímac del río Ucayali.