que establecieron sus hogares en casuchas precarias, inclusive con gallinas, perros, burros y hasta vacas. Cómo sobrevive la gente en circunstancias semejantes, es difícil de imaginar; quizás con recursos de otra parte. Pero cómo sobreviven los animales, es imposible de imaginar. De alguna forma, evidentemente, sobreviven. Debe de ser otro caso de ingenio humano.
La carretera, felizmente, resulta ser nueva, buena, recta, llana. ¡Qué cambio con el purgatorio anterior! No nos podemos acordar de otra carretera tan descansada sino allá lejos, en Vespuccia.
Terminaron los médanos ambulantes. La arena está fijada por magros mechones de corta paja reseca. Curiosmente, también desaparecieron los caseríos. Tal vez porque estamos más alejados de la ciudad.
Ya van casi cien kilómetros que sigue el desierto de horizonte a horizonte; sigue la carretera recta al infinito.
Otra vez, arena totalmente desnuda. De vez en cuando, hay lagunas, pero de agua evidentemente mala: nada crece alrededor.
Después de ciento sesenta kilómetros de puro desierto, algún tipo de vegetación reestableció su dominio. Pero, naturalmente, cuanto más agua, mejor: se llegó al punto de traer agua a este desierto entre Cordillera y costa por perforaciones a través de los Andes. Por ejemplo, el sistema de los ríos Chotano, Chancay, Lambayeque, con un túnel de 4.664 metros de largo.
Y un poco al norte de aquí, hay el sistema de los ríos Olmos y Tinjones trayendo agua para el sur del desierto de Sechura con un túnel de dieciséis kilómetros por debajo de los Andes. Por lo menos, por debajo de parte de la cordillera de los Andes.
Entramos en una zona relativamente poblada, todavía a unos cuarenta kilómetros de Lambayeque. Aquí, vamos a pasar la noche.
Tiempo para tres observaciones.
. En el Perú también, existe la tiranía de los topes, o rompe-velocidad, salvo que, aquí, tienen la franqueza de llamarlos lo que son: rompe-muelles.
.. En el Perú también, así como es el caso en Ecuador, los camiones y las camionetas, a más de tener sus dos placas reglamentarias, adelante y atrás, tienen también su matrícula pintada a ambos costados de la carrocería, y también atrás, en caracteres muchas veces más grandes que los de las placas mismas.
... En el Perú, los burros se han vuelto otra vez un medio de transporte indispensable, tanto de pasajeros como de carga.