de plátanos, alto en la Cordillera, y nos enteramos de que eran plátanos de desecho de la exportación, que servían para alimentar el ganado.
Ultimo trecho - entre el pueblo de Machala y el pueblo fronterizo de Huaquillas. Hay asfalto, no hay duda; pero hay todavía menos duda de que el asfalto está tan ondulado que no se puede exceder la velocidad de cuarenta kilómetros si no se quiere romper algo, o todo.
Nos preguntamos cómo será el Perú. ¿Cómo será la aduana? Qué impresión de impotencia, estar a la merced de alguien que tiene prácticamente poder de vida y muerte pero no necesariamente poder de inteligencia. ¿Cómo será el dinero, del cual ya sabemos que vale 0,025 de un centavo de dólar - o por lo menos así valía según las últimas noticias, ya que, en este mismito momento, probablemente valdrá ya menos, por la inflación casi diaria que hay en el Perú.
Bueno, ya está; o por lo menos, ya está a medias.
Llegamos a la frontera ecuatoriana veinte minutos antes de su cierre - y antes del vencimiento del permiso del coche, con su caución del 150/oo del valor del coche garantizando su salida.
Por Migraciones, pasamos como una brisa. Ah, pero en Aduana, para dar salida al vehículo, el encargado pretendió que no era él, el encargado; que el encargado ya se había ido a casa; sin embargo, hablando uno se entiende, y aceptando pagar un muy justificado y merecido sobretiempo, uno se entiende todavía mejor. De repente, él que decía no ser el encargado se volvió encargado, y en el mínimo tiempo necesario para un sello, una firma y cambiar billetes de mano, nos dirigimos al lado peruano de la frontera, o por lo menos lo que el Perú considera ser frontera del Perú, ya que el Ecuador considera esta misma zona como parte de su territorio nacional, y no reconoce el presente estado de las cosas.
Llegamos justo para presenciar el ritual de bajar la bandera, o sea de idolatría de la bandera, banderolatría. Vale decir que llegamos demasiado tarde. Mañana será, cuando enfrentaremos la incógnita de la aduana peruana. Dormiremos, pues, oficialmente fuera de este planeta, ya que salimos de un país, pero todavía no ingresamos a otro país.
. .
*
▪
Ya está, estamos en el Perú oficialmente, y rodando. El paso por Migraciones fue sencillísimo; y en Aduanas, hasta tuvimos tiempo de charlar de gaseosas.
Por lo poco que recorrimos hasta ahora, nunca vimos una entrada a un país tan negativamente impresionante. La salida de Ecuador se hizo por un villorrio, >>>>>>>>