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no solamente de este a oeste sino de oeste a este, también en el Artico, después de haberlo visto en Panamá, levantarse sobre el Pacífico y desaparecer sobre el Atlántico, ahora, nos encontramos con él en ese elusivo momento cuando estuvo, bueno, a esos escasos 1.440-avos de circunferencia del globo de diferencia, casi exactamente perpendicularmente encima de nuestras cabezas, con ninguna sombra oblicua a la vista.

También, hablando de la coreografía aparente del Sol y de la coreografía real de la Tierra, aprendimos algo respecto al día más largo del año - e, invirtiendo los factores involucrados - respecto al día más corto del año.

Resulta que el día más largo del año no es, ipso facto, el día cuando el Sol aparece lo más temprano en la mañana y desaparece lo más tarde al anochecer. En los hechos, el Sol aparece lo más temprano de todo el año siete días antes del día más largo, y desaparece lo más tarde en todo el año seis días después del día más largo.

¿Por qué?  Porque la Tierra

  1. tiene su eje inclinado, en vez de perpendicular, en relación con el plano de su propia órbita alrededor del Sol;
  2. y tiene su órbita levemente elíptica, en vez de perfectamente circular;
  3. y tiene, ella misma, una forma sólo elipsoidal, en vez de perfectamente esférica;

todo lo cual causa que la relación entre el Sol y cualquier punto de la Tierra cambie de día a día, y cambie no en porciones diarias iguales.

Por todo ello, hay épocas del año cuando el Sol aparece y desaparece "demasiado temprano", y otras épocas, cuando aparece y desaparece "demasiado tarde" en relación con un comportamiento teórico parejo todo el año; y por todo ello, el día más largo del año no es aquel cuando el Sol a la vez aparece lo más temprano y desaparece lo más tarde - porque tal día no existe - sino que el día más largo del año es aquel día cuando ocurre la más larga combinación de tiempo entre la variable de la salida del Sol (no la más temprana) y la variable de la desaparición del Sol (no la más tardía).

Y también aprendimos cosas respecto a cambios ocurriendo en la coreografía de la Tierra por el espacio - y, por ende, a cambios en la relación de la Tierra con el Sol; nada que ver con el ecuador ni el equidiurnoccio, pero que nos interesará algún día refrescar en la memoria.

1) La Tierra está disminuyendo su velocidad de rotación, alargando así los días. El problema - por el cual nadie, por ahora, se preocupa pero que, eventualmente, cuando se hayan alargado suficientemente los días, habrá que resolver, para delicias de los argumentadores profesionales, o compulsivos - será, si considerar el tiempo en continua agregación, como >>>>>>>>