diferencian de los colonos intrusos. Quizás queda un grupo de dos familias o tres, acaso unas veinte personas en total, más cerca de la frontera impuesta por Perú - "impuesta" como lo especifican los Ecuatorianos - sobre el río Cononaco, en la vecindad muy general de un sitio llamado Duitumi; o por lo menos quedaban, hace unos tres años, cuando unos Ingleses vinieron a hacer un documentario sobre ellos, antes de que se extinguieran por obra de las grandes empresas petroleras y de los misionarios, sin contar la infiltración de los colonos.
Es, por lo hablado, todo lo que queda de los Huagranis, otrora famosos como Aucas.
En cuanto al origen de la denominación, alóctona pues, "Auca", tenemos un problema. Según una fuente, es palabra de la tribu selvática de los Yumbos, refiriéndose a los Huagranis como los Salvajes; según otra fuente, es palabra incaica refiriéndose a los Huagranis como los Guerreros Rebeldes.
Interesante tema de investigación para quien gusta de desenredar menudencias. Que vecinos amazónicos los hayan considerado y llamado Salvajes es plausible, porque de verdad tienen la fama de haber sido bravos; que los Incas los hayan considerado y llamado Guerreros Rebeldes también es plausible, porque tuvieron con ellos más problemas de la cuenta. Además, los dos calificativos se confirman mutuamente, dos aspectos de una misma personalidad. Pero ¿por qué la misma palabra? ¿Será que una de las fuentes está equivocada - o que ambas estén equivocadas - o será ello una transferencia de palabra, con solamente leve adaptación del significado a la óptica de cada uno, entre Yumbos e Incas, y en qué dirección?
De todos modos, parece ser la regla que, por toda América, las varias gentes - desde los Esquimales/Inuit del Artico hasta los Jíbaros/Shuar y estos Aucas/Huagranis - sean conocidas, no por su nombre verdadero sino por nombres, siempre peyorativos, impuestos por otros; y parece ser la norma que el nombre verdadero siempre significa La Gente. Vamos a ver qué encontramos en este renglón en lo que queda del continente hacia el sur.
Vamos a pasar la noche aquí, en Mera.
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Esta mañana, pasamos revista a todo lo hablado y aprendido ayer, y decidimos que realmente es inútil ocuparse de la selva. Por una de esas casualidades, apenas habíamos decidido no ir a la selva, que la selva vino a nosotros.
Apareció directamente de la selva, en la típica indumentaria de pantalón y camisa de todo el mundo, un indígena, con un par de tocados, como de coronas, de plumas de papagayo y tucán, vistosísimos - de los que se solía utilizar, >>>>>>>>