adecuado para que, cuando recortada en el medio en círculo, calce el tamaño de una cabeza humana, con las cuatro patas, la cabeza y la cola, colgando en sus seis sitios. Todos los pueblos tuvieron disponible la materia prima, pero, por lo visto, solamente los Shuar tuvieron, íbamos a decir la cabeza - pero es una palabra un poco peligrosa entre los Jíbaros, pues diremos la creatividad - de utilizarla.
Fuimos a Macas.
Estos pueblos, de Macas y Sucúa, nunca fueron comunidades paraborígenes, siempre fueron asentamientos de colonos injertados en territorio shuar. Hace menos de treinta años, había aldeas shuar prístinas todo alrededor - no solamente hacia el levante, sino también hacia el poniente.
En Macas, hablamos con el Director de una dependencia del gobierno ecuatoriano. De él aprendimos básicamente lo mismo; y por su intermedio, se nos abrió la posibilidad de volar a la selva a conocer alguna comunidad shuar. Por medio de los padres salesianos. Hoy, nada se puede hacer, por ser domingo, y los padres, más que otros, naturalmente, respetan el día del Señor. Mañana, pues, averiguaremos qué posibilidades podría haber con los padres, si es que las podría haber.
Mientras tanto, pudimos ver los Maquenses pasar su domingo; especialmente la juventud paseándose en sus motocicletas de escapes libres. Con toda seguridad, los caballeros paseando sus doncellas a lomo de caballo eran más elegantes y, sobre todo, más silenciosos. También nos dimos el lujo, aquí, en la punta del camino - porque el camino no sigue más allá de Macas - por primera vez desde que dejamos Vespuccia, de comer unos helados, uno de mora, y uno de coco, porque averiguamos que están hechos caseramente, sin aditivos, sin colorantes, sin emulsificantes, sin nada malo salvo el azúcar que, por una vez, nos perdonamos.
Por otra parte, inútil especificar que no hay un solo Shuar a la vista. Pero de Shuar se habla; inclusive de tsantsas se habla.
ð Los más delicados afirman vehementemente que las tsantsas son una legenda > del pasado.
ð Los indiferentes mencionan el nuevo arte de las tsantsas de cabezas animales >>como substituto del arte de las tsantsas de cabezas humanas.
ð Los realistas destacan que el arte de tsantsas humanas sigue teniendo sus >>adeptos, salvo que ahora, en vez de ir a cazar una cabeza de enemigo, >>esperan que alguien les traiga la cabeza de un pariente o amigo difunto, >>para ser achicada, y para luego llevarla a casa y empalarla o colgarla, de >>recuerdo.
Incidentalmente, en Sucúa, preguntamos a nuestros interlocutores si todavía existe - "lejos adentro de la selva", especificamos cuidadosamente - el achicamiento de cabezas humanas, y ambos contestaron al mismo tiempo, con un >>>>>>>>