los contenedores, es todavía la menor, de los 3.000 metros de ayer, pero por fuera, es la mayor, de los 800 metros de ahora.
Anoche, al estacionarnos a dos metros de la iglesia, no sabíamos que pronto iríamos a presenciar una manifestación de una nueva tendencia, quizás mejor dicho, realidad, en la Iglesia Católica, por lo menos en ciertas de sus parroquias, como ésta.
Llegó un hombre de pantalón y camisa, prendió unas velas, tanto necesariamente como ceremonialmente, porque no había luz eléctrica - luego, aprendimos que, en este pueblo, siempre hay luz eléctrica de día, y nunca de noche. Fuimos a preguntarle, por cortesía, si molestábamos;
- que no.
- A qué hora habría misa mañana, o sea hoy, por ser domingo, para que no >>molestáramos;
- que no habría misa porque no tienen cura.
- ¿Qué pasará en la iglesia a la luz de las candelas?
- habrá un comentario de la palabra divina.
- ¿Quién lo hará pues?
- cualquiera que quiera.
- ¿Cualquiera?
- cualquiera.
Nos retiramos.
Al rato, repicaron las campanas; al rato más tarde, empezó a llegar gente; al rato más tarde, escuchamos cantos - bastante afinados - es grato notar - emergiendo de la iglesia. Fuimos a ver. Había misa, con todas las de ley. ¿Y quién decía la misa? Pues el hombre de pantalón y camisa; y la congregación todita le contestaba todo lo que había que contestar, sin hesitación, y un grupo de niñas entonaba lo que había que entonar, en el momento oportuno, con el profesionalismo del monofonismo.
Cuando finalizó el servicio, fuimos a hablar otra vez con el hombre de pantalón y camisa. Así aprendimos que habíamos presenciado una nueva tendencia en la Iglesia Católica, por la falta de curas profesionales. "La juventud de hoy ya no se quiere dedicar a años de estudios para llevar una vida de sacrificios, Ustedes saben", nos dijo el hombre de pantalón y camisa. "La Iglesia se va adaptando a la situación, formando cleros menores. Cualquiera que tiene interés y que tiene las calidades, de vida personal, de presencia, de palabra, necesarias, recibe una formación y se vuelve casi cura, o sea puede hacer muchas cosas, si bien no puede oír confesión, no puede consagrar la Eucaristía".
Pero, por lo que vimos, puede dar la comunión.