capilaridad en círculo - siempre que el terreno sea homogéneo para permitir una propagación homogénea en círculo de la humedad?
En el otro círculo, y todo alrededor, nos esperaba una sorpresa - no un pedazo de plato volador o un mensaje dejado por extra-terrestres, sino una gran cantidad de bloques pétreos desbastados, más o menos cúbicos, y cierta cantidad de bloques paralelepipédicos como para dinteles; todo, como un recordatorio a una entrega para cantería que no se realizó y nunca más se realizará.
Según nuestro conductor, sería esto la confirmación de los rumores según los cuales éste es el lugar donde los Incas extraían y trabajaban sus grandes piedras para acarrearlas luego, veinte kilómetros a vuelo de pájaro, o sea mucho más a paso de hombre, a su importante centro de Ingapirca. Tal vez; y vamos a tener la oportunidad de comprobarlo nosotros mismos en el propio Ingapirca, nuestra próxima meta. De todos modos, un encuentro muy incongruo en la vastedad y soledad del páramo.
En el medio de este círculo, también vimos que alguien habrá tomado muy en serio la legenda de la viga de oro enterrada en el medio del platopuerto - no sabemos por qué habrá elegido este círculo y no el otro, pero es en éste que hay una excavación. ¿Qué habrá encontrado? La tierra revuelta no nos dio indicios.
Por otra parte, también habíamos traído nuestro detector de radiaciones nucleares. Sus indicaciones resultaron sorprendentes, pero al revés; indicó solamente radiaciones naturales de fondo, y, sorprendentemente, más débiles que las radiaciones de fondo en otros lugares, de menor altitud.
Así fue nuestra visita a la laguna Culebrillas; no sabemos nada más que antes, no hay pruebas que sí, no hay pruebas que no; quién sabe; lo único de interés, pero que ya de por sí valió la pena, fue las piedras trabajadas tan fuera de lugar, en el páramo.
Apenas regresados a nuestro vehículo, sin perder tiempo más que para una colación, nos dirigimos hacia Ingapirca - a 45 kilómetros de la laguna Culebrillas; por los caminos de hoy - no necesariamente, ahora lo sabemos, los mismos que los caminos de los Incas.
Ingapirca.
El nombre completo de Ingapirca tendría que ser Hatún-Cañar - Inca-Pirca; y en ello reside su mayor interés.
El terreno del sitio, a 3.160 metros de altitud - más o menos el implícito y desconocido margen - delinea una gigantesca media-luna, con las dos puntas formadas por dos promontorios, y la parte media, por una suave ladera semi-circular; todo ello, en un amplio valle, fértil, o por lo menos bien trabajado y muy agradable. Uno de los promontorios lleva los vestigios de un santuario >>>>>>>>