► Y ¿de qué hablan todas estas viejas piedras entre sí? Seguramente de muchas cosas relacionadas con la invasión francesa. Pero más nos interesa algo de mayor envergadura; un ejemplo, una ilustración, de los partidos de alto ajedrez internacional que los estados juegan con todo el maquiavelismo y toda la hipocresía necesarios, sin consideración del detrimento causado a la gente, tanto propia como ajena.
En aquellos días de invasiones, cuando los Franceses se iban expandiendo desde el estuario del Saint-Laurent a ambos lados del río hacia tierra adentro, cuando los Ingleses iban fortificando y expandiendo sus trece colonias contiguas desde el estuario del Saint Lawrence por la costa hacia el sur, todo ello, evidentemente, en perjuicio genocidal de los paraborígenes, Inglaterra, en 1763, de repente siente conmiseración por los pobres paraborígenes, despojados de sus tierras, desterrados, matados, etc. a manos de los colonos ingleses, y prohibe por edicto cualquier nueva exploración, y a fortiori cualquier nueva ocupación, de territorio todavía en manos de los paraborígenes "hasta que haya habido apropiadas negociaciones con los indígenas".
¡Qué conmovedor! Claro, la razón verdadera de la prohibición era otra. Inglaterra esperaba que, al prohibir la expansión de sus colonos hacia tierra adentro, hacia tierras todavía de los indígenas, el exceso de sus colonos se volcaría hacia el norte, hacia Québec, y así inundaría y eliminaría el elemento francés.
La estratagema no resultó. Al contrario, no solamente el elemento inglés no sumergió el elemento francés sino que los colonos de las trece colonias tuvieron así otra queja contra su madre patria, Inglaterra, por esta nueva limitación de sus libertades; otro motivo para volverse más rebelones.
Más tarde, Inglaterra magnánimamente decidió que los colonos franceses de Québec realmente se merecían ser reconocidos como entidad individual legítima; y, en 1774, por no menos que una disposición imperial de su parlamento, oficialmente reconoció Québec como entidad por derecho propio, incluyendo el retorno del del Código Civil de tradición francesa, y de la Iglesia Católica Romana.
Y, para buena medida, reconoció Québec en tal calidad, no solamente en el territorio francófono original a lo largo del San Lorenzo sino además en todos los territorios adonde los Franceses ya se habian expandido, o sea todo alrededor de los cinco Grandes Lagos y por toda la horqueta formada por los ríos Mississippi y Ohio, o sea incluyendo, en topónimos modernos, todo, o partes de, Illinois, Indiana, Michigan, Minnesota, Wisconsin; y también, >>>>>>>>