Eventualmente, nada pasó porque el director general del proyecto tomó la situación ante la opinión pública por medio de artículos en los diarios y amenazó con acción judicial contra las autoridades - pero, nos comentó nuestro interlocutor, si la situación verdadera en estas investigaciones arqueológicas, y que nosotros conocíamos, podían haber sido presentadas con toda seriedad de manera tan monstruosa y desajustada a la pura y simple verdad en un informe oficial de una unidad de investigación a la jefatura de la Policía de Seguridad, ¿cómo se podía creer cualquier cosa que dijera cualquier autoridad del país, incluyendo lo que se estaba diciendo respecto a la actitud de los extranjeros en la expedición a la cueva de los Tayos?

  Muy interesante es juntar datos, o puntos de vista, divergentes sobre un mismo tema. Y muy interesante es haber visto este informe tan increíble sobre una situación tan simple. Lo que, empero, no nos parece que se pueda transferir ipso facto al caso de los Tayos.

Luego de todo ello, para terminar el día, fuimos a dar un paseo por una playa apartada.

Vimos, como nunca habíamos visto, centenares de pequeños cangrejos corriendo a todo lo largo y ancho de la playa. Qué espectáculo más grotesco presenta un cangrejo irguiéndose sobre sus patas con la barriga lejos de la arena, corriendo en puntas como un bailarín de categoría - pero a velocidades, y con una tremenda habilidad para cambiar de dirección, que ningún bailarín podría igualar.

Vimos, como nunca habíamos visto, conchas tan macizas y tan pesadas que cada valva pesaría tranquilamente dos o tres kilogramos, la perfecta conchita de mar para admirar in situ pero para no llevar consigo a pesar de lo atractivo de su color purpúreo bastante violento por fuera y de su color blanco por dentro.

Otro habitante muy colorido de Salango

Mañana, seguiremos viaje, pues; hacia el sur, a lo largo de la costa. Pero no es una perspectiva de paseo sin cuidado hacia nuevos horizontes.

Desde varios lados hemos escuchado advertencias de mal agüero. 

•/ Escuchamos que hay que pasar por los infames Cinco Cerros, un lugar donde se da la combinación de un terreno escarpado y de altas precipitaciones - como sabemos que las hay en varias partes de la costa - y donde el camino se vuelve una huella, en el mejor de los casos, primitiva muy precaria, que, con cualquier lluvia, se transforma en un barrial traicionero y duradero; un lugar que, hasta hace pocas semanas, había quedado totalmente cortado e inexistente durante siete meses; un lugar que, en los días pasados, también había sido totalmente intransitable, aun cuando, en días más recientes, había sido parcialmente pasable - si bien ayer y anteayer, otra vez, no había habido tráfico por la imposibilidad de pasar.