sabe a ciencia cierta que es un sitio, hay que estar dispuesto otra vez a arriesgar más tiempo y dinero para ver si el sitio vale la pena ser excavado.
Naturalmente, este equipo, en este sitio, no tiene estos problemas, nadando en la gloria arqueológica; este sitio es, nos dijo el director, mucho más importante que el famoso sitio de Valdivia, más al sur a lo largo de esta misma costa ecuatoriana, porque este sitio tiene sus raíces en la misma antigüedad pre-cerámica que el de Valdivia pero, además, aquí se da toda la secuencia de ocupación hasta la invasión española, lo que no se da en Valdivia.
\/ El personal de este equipo arqueológico también se merece una mención.
Por una parte, la fuerza motriz del proyecto, en este caso como en la cueva de los Tayos, es extranjera, y estable: el director de las excavaciones, con quien hablamos, es inglés; su asistente es vespucciano; otros miembros también son extranjeros; el director general del proyecto, aun cuando ecuatoriano en el papel, es de nombre, apellido y cara, puro inglés o vespucciano.
Por otra parte, la fuerza ejecutriz consta de variables grupos de ayudantes voluntarios - cada grupo de ayudantes quedándose entre varias semanas y varios meses.
Este arreglo de un núcleo central estable proveyendo la fuerza cerebral y de un cuerpo de ayudantes voluntarios proveyendo la fuerza muscular no es inordinario. Lo curioso del caso es que, por un lado, los ayudantes voluntarios no son, como se podría esperar, ecuatorianos, que así podrían aprender los detalles del oficio, sino también extranjeros, de Inglaterra o Vespuccia; y que, por otro lado, estos mismos voluntarios no trabajan aquí, como la palabra sugiere, sin paga pero por lo menos con cama y comida, sino que, muy al contrario, tienen que pagarse su propio viaje de ida y vuelta, su propia cama, su propia comida ... y todavía pagarle un estipendio al equipo arqueológico estable, por el privilegio y honor de ser sus ayudantes; eso, sí, es un arreglo curioso e interesante.
Nuestras sorpresas no terminaron ahí.
Hablando un poco de todo con el director de excavaciones, descubrimos que el director general de este proyecto, el Ecuatoriano con nombre, apellido y cara extranjeros, también fue miembro de la expedición a la cueva de las maravillas de los Tayos. Qué chico e interconectado es este mundo.
No estaba presente el director general para poder conseguir de él más detalles, porque se había ido a Guayaquil, pero mencionamos al director de excavaciones lo que habíamos aprendido de tres fuentes quiteñas, especialmente la impresión de que los extranjeros de aquella expedición, entiéndase mayormente los Ingleses, se habían llevado con ellos, calladitos, todo lo >>>>>>>>