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» El acceso a la entrada del sistema intraterráneo no es fácil; es un pozo de unos 40 metros de profundidad, de paredes perfectamente verticales; pero, para los lugareños, no era, y no es, problema, por medio de redes de bejucos trenzados. En la oscuridad de las cuevas, los lugareños utilizaban, y utilizan, antorchas de ramas de un cierto árbol.

» Y, naturalmente, los lugareños tienen varias legendas relacionadas con las cuevas. Según escuchó el propio mayor, una de ellas es que los paraborígenes vieron monos enormes, hirsutos, y hasta vieron un tal mono llevando en la mano algo que se parecía a un bebé mono.

  O quizás no sea una legenda. Tenemos la información - de fuente totalmente diferente y dentro de una temática totalmente diferente - que un arqueólogo de nombre Pino Turolla y su asistente fueron atacados por un tal Mono Grande, a 120 metros dentro de una caverna que inspeccionaban por indicación de un brujo; una caverna con entrada trapezoidal, como hecha de mano de hombre. Muy precisamente, en 1970. Muy precisamente cerca del río Chancis. Y ¿dónde queda eso? En la zona del río Paute. Y ¿dónde queda eso? Ahí no más, a unos 50 kilómetros - a tres saltos de mono, para decirlo así - al norte de la red de túneles y salas.

» Es por los lugareños, como siempre ocurre, que el primer hombre blanco se enteró de la existencia de las cuevas, o por lo menos de los accesos. Este primer hombre blanco una vez salió a publicidad diciendo que había visitado una parte de las cuevas y que había encontrado las susodichas maravillas; en base a sus afirmaciones, surgió, de pluma de otro hombre, un libro famoso que dio vuelta a la Tierra.

» El interés fue tal que, en 1976, se organizó una expedición formada por extranjeros y Ecuatorianos; el mayor dice que los extranjeros eran Ingleses, Holandeses, Suizos y un Argentino - incidentalmente, el primer Blanco fue un Húngaro naturalizado Argentino; el coronal dice que fueron solamente Ingleses. De una forma u otra, fue una expedición muy técnica, muy científica, muy completa, con espeleólogos, arqueólogos, biólogos, paleontólogos, anatomistas, zoólogos, botánicos.

  El resultado neto de esta expedición, tal como surge de los relatos del mayor y del coronel, es así.

  • El sistema de galerías y salas existe.

  • El  orificio  de la  cueva  de acceso, de  unos 7 metros por 4, lo que
concuerda con las medidas publicadas, se encuentra donde un lecho de arroyo se adentra en la ladera de una loma, pero sin el agua porque el agua se pierde en el suelo a 500 metros antes del orificio, por lo que el lecho que llega al orificio es de pura grava seca.