/ En un momento privilegiado, la nebulosidad, siempre presente en una forma u otra, se despejó, en el momento y en el lugar oportunos, de manera que pudimos divisar por corto tiempo un pico nevado justo detrás de los cerros inmediatos a la ciudad.
/ El clima de Quito se podría llamar de doble filo, y nunca lo deja tranquilo a uno. Hay gente que dice, poéticamente, que, en Quito, hay las cuatro estaciones del año cada día, primavera, de mañana, verano, al mediodía, otoño, al atardecer e invierno, de noche, pero la realidad es mucho más prosaica e incómoda; al amanecer, se requiere ropa de abrigo pero, sin el beneficio de la primavera: llega el Sol del mediodía que, cuando no hay nubes, quema como una resistencia eléctrica, si bien la ambitura del aire nunca llega a calentarse demasiado; en realidad, puede haber cambios de ambitura abruptos en cuestión de media hora con tan sólo la aparición o la desaparición del viento o del Sol, de manera que es imposible guardar la misma ropa todo el día; inclusive, el uniforme de la policía no es tan uniforme porque, de mañana y de tarde, los agentes llevan su chaqueta puesta, pero alrededor del mediodía, la llevan en el brazo.
/ Estamos aquí en la época de sequía, pero nos enteramos de que la época de lluvias no es un período del año sino únicamente las tardes de un período del año: en la época de lluvias, todas las mañanas son soleadas y recién todas las tardes son lluviosas hasta el anochecer.
/ Durante las comidas, escuchamos, o mejor dicho tratamos de escuchar, la radio. Salvo raras excepciones, estuvimos reducidos a escuchar programas de educación popular a nivel primario; pero no es sin interés, al contrario. Estuvimos descubriendo absurdidades de las cuales fuimos víctimas nosotros mismos, cuando escolares, y de las cuales, por lo oído, siguen siendo víctimas los escolares de hoy.
• Por ejemplo, qué lógica hay en calificar ciertas figuras geométricas en latín y otras figuras geométricas en griego; por qué una figura de tres ángulos se califica como triángulo mientras que una figura de seis ángulos se califica como un hexágono, por qué no podrían ser un triángulo y un sextángulo o sexángulo, o por qué no podrían ser, a la inversa, un trígono y un hexágono. Los escolares no saben la suerte que tienen que no saben usar la cabeza; ya escuchamos en alguna parte que, en la escuela, no es necesariamente el más inteligente que va adelante - muchas veces el más inteligente tiene dificultad en entender los estereotipos enseñados, o la manera de enseñarlos.
• También nos enteramos de que, si hay dos canastas con diez manzanas cada una, para saber cuántas manzanas hay en total, hay que multiplicar las 2 canastas por las 10 manzanas, mientras que la pura lógica parece indicar que, si se quiere como resultado una cantidad de manzanas, hay que multiplicar las >>>>>>>>