» Ciudad geográficamente muy larga, muy angosta.
» Sí, también tiene un gran centro comercial - una ciudad comercial, como lo llaman - menos complejo y lujoso que la Ciudadela de Bogotá, pero ciertamente mucho más completo y útil que aquel de Panamá. Sin embargo, los tres tienen dos curiosas, si bien lógicas, similitudes: los tres fueron construidos recientemente - éste, en Quito, fue inaugurado hace apenas un año, y todavía no está completamente ocupado; los tres fueron construidos en la pura orilla urbana - con todavía mucho terreno baldío alrededor para nuevas expansiones de la ciudad. Una diferencia es el ejercito de vigilantes de la Ciudadela de Bogotá, que no había en Panamá, y está reducido a un mínimo aquí, en Quito.
» En el supermercado, hay la habitual dificultad de encontrar comidas aptas para el consumo humano; sin embargo, por primera vez desde Costa Rica, se puede conseguir agua de manantial en botellones de tamaño familiar.
» También, ya nos enteramos de que, lamentablemente, ciertas cosas modernas aquí no hay; no hay lavanderías de auto-servicio, no hay laboratorios fotográficos de nuestro agrado.
» Con desmayo vimos que, aquí también, se propagó, por falta de sesos, la estupidez de llamar una una u - en esta conexión, es divertido ver la variedad de palabras utilizadas en diferentes países para significar la misma cosa: después de haber visto en otros países que no se puede "girar", que no se puede "virar", aquí vemos que no se puede "curvar".
» Hay una presencia paraborigen, en minoría, pero lo suficientemente frecuente como para no llamar más la atención - nos referimos a los paraborígenes en su indumentaria propia porque aquellos disfrazados de cosmopolitas hay por todas las partes - no sabemos si vimos un solo policía que no haya sido obvia- y llamativamente de sangre paraborigen. Así que ni hace falta salir de Quito para ver gente de tierra adentro; por lo menos de la Cordillera - de la zona amazónica, debe de ser otra cosa.
» Los autobuses tienen una similitud con los colectivos rurales de Colombia: son de doble piso; con la diferencia de que, en Colombia, el piso alto es simplemente el portaequipaje que, en este caso, sirve de portagente, mientras que, aquí, el segundo piso es del tipo más distinguido y antipático londinense.
» No se puede recorrer muchas cuadras sin tropezar con un nombre de calle que honre una fecha; parece que, así como los Españoles agotaron el santoral en su toponimia, los Quiteños algún día agotarán el calendario.
Mañana, preocupaciones. La llamada a Nueva York; consulados, argentino, vespucciano, peruano; disponibilidad de las cubiertas que necesitamos; mantenimiento del vehículo; películas fotográficas importadas con vencimientos más lejanos que los que tenemos.