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simplemente no la hay, dejando la roca a descubierto.

El origen nacional de automotores presenta un notable cambio en comparación con el origen en otros países.

Canadá y Vespuccia tenían, naturalmente, sus marcas nacionales, si bien con una sorprendentemente fuerte invasión japonesa; México nos pareció ser una colonia alemana; los varios países de América Central, salvo Panamá, eran territorios japoneses; en Panamá, apareció, sorprendentemente, una fuerte influencia, no vespucciana, sino francesa; en Colombia, no sería extraño que el porcentaje francés en el plantel automotor fuese casi tan alto, sino más alto que en Francia misma. En otras palabras, desde que cruzamos a México, nos sentíamos como extraños, como segregados, con nuestro vehículo vespucciano - y también algo inseguros por el asunto de los repuestos, si bien estamos llevando muchos con nosotros, desde una bomba de agua hasta un módulo electrónico para el distribuidor, desde un semi-eje trasero hasta un arrancador, pasando por un alternador, bujías, rulemanes, correas, y ¿qué más? Nos explicábamos la situación por la razón económica muy simple de que todos aquellos países buscaban la ventaja de coches pequeños y de poco consumo y, según se dice, de mejor calidad que los vespuccianos, pero he aquí que, en Ecuador, apareció una inesperada presencia de marcas vespuccianas.  ¿Por qué?

\QT/  Terminó nuestro primer día en Quito, dedicado a la ardua tarea de >>>>>>orientarnos porque es la primera ciudad de la cual no teníamos el más mínimo plano de antemano. Tratamos de encontrar la oficina de turismo; tres policías diferentes nos mandaron a tres lugares diferentes. Cuando, por fin, acertamos con la oficina, eran las 12, y tuvimos que esperar hasta las 14:30 para que re-abriera. Resultó ser estrictamente inútil; un plano de la ciudad, tan esquemático que da lástima, un mapa de las carreteras de Ecuador, que es un insulto - el que tenemos es un lujo imperial, en comparación; y de las varias preguntas que teníamos, no supieron contestar ninguna - naturalmente, no preguntamos cuál es el hotel de mayor comodidad, el restaurante de mayor lujo y el lugar nocturno de mayor artificialidad, que es probablemente lo único que saben. Ah sí, también nos dieron un pequeño folleto para turistas, con una enojosa discriminación contra gente de habla hispana; todo en puro inglés. ¿Dónde está la hermandad hispanoamericana? Probablemente termina donde empiezan los dólares. En Colombia, el consabido folleto para turistas estaba escrito en ambos, castellano e inglés.

Por otra parte, las primeras impresiones de Quito son así.

» Ciudad limpia.

» Tráfico tranquilo, disciplinado.

» Muchas librerías de calidad.