varios valles en un solo vistazo, hasta llegar a las laderas del cerro de enfrente, para terminar precipitándose en un túnel. Vamos a ver cuánto tiempo nos tardará llegar al túnel. ¿Cuántos minutos de camino vimos de un solo tirón?

Tardamos siete minutos.

Cruzamos el túnel. Seguimos bajando. Otra vez 1.000 metros, y bajando. En seis minutos desde el túnel, bajamos otros 200 metros.

La Cordillera se está volviendo cada vez más rocosa. Frecuentemente, desde hace un rato, la calzada está cubierta de derrumbes por entre los cuales hay que escogerse una huella.  Y otra vez subiendo.

Qué desgaste es para el vehículo; no se recorre un solo metro sin el desgaste adicional de las altas revoluciones de segunda velocidad o sin el desgaste adicional de tantas frenadas; cuando se compara ello con los centenares de kilómetros en las llanuras de Canadá o Vespuccia, siempre en tercera velocidad y con apenas una frenadita en varias horas, esto aquí parece ser un sacrificio deliberado del vehículo; vamos a ver cuánto tiempo aguanta. Nos preguntamos cuánto tiempo aguantan los vehículos que no conocen otro terreno que éste, sin contar los altísimos precios de los vehículos por acá, y de sus repuestos.

La respuesta está quizás en la cantidad de vehículos varados en el medio de la ruta por desperfectos, a veces muy serios. Hoy mismo, inclusive tomamos una fotografía de un camión con todo el tren trasero - ejes, diferencial, muelles - todo desarmado, en el puro medio de la calzada; y nos dijeron los camioneros que éste era el tercer día que estaban trancados en el lugar, pero que ahora ya habían conseguido los repuestos y la cosa iba adelante; un trabajo mayor de mecánica que sería de consideración en cualquier taller, así, a la intemperie, lejos de cualquier pobladito, en el medio de la calzada.

Hay que tener paciencia

Considerando estas dificultades de comunicaciones - y cuánto más severas hubieron de ser antes de los adelantos modernos en las construcciones viales - no es de extrañarse que Colombia recurrió muy temprano al tráfico aéreo; de hecho, fue el primer país sudamericano en buscar los beneficios de la aviación.

Ida está la amabilidad de gigante benévolo de la Cordillera más septentrional de Colombia; aquí, si bien la altitud es bastante menor, estamos en un ambiente mucho más severo, con muchas laderas en escalones rocosos verticales, y varios cerros terminados en cuchillas - hasta vimos un grupo de agujas sumamente puntiagudas, conformación totalmente desconocida hasta ahora en los Andes. Empero, en cualquier sitio apto, se sigue viendo cultivos en laderas inverosímiles; uno se pregunta cómo llega la gente hasta estos cultivos, y, cuando logra llegar, cómo le queda fuerza para trabajar los cultivos.