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  mismos tuvimos dientes de mastodontes en nuestras manos, así que aquello que >>se parece a una trompa de elefante no es tan extraordinario para justificar >>semejante caminata, salvo para un Europeo para quien elefante es sinónimo de >>Africa o Asia.

En cuanto a la factura de todo lo visto, no podemos hacer mejor que repetir lo que le dijimos a uno de los guardas del parque: esto de San Agustín es sorprendentemente primitivo, especialmente si se toma en cuenta lo tardío de sus épocas; ni se puede empezar a comparar con sitios como el Copán de los Mayas; una buena analogía sería que, las estatuas de Copán son como un buen libro de un buen autor, y éstas, como de alguien que apenas si sabe escribir su propio nombre; si hasta en un camino empedrado, que los arqueólogos llaman ceremonial, pero que nosotros llamaríamos más bien del suplicio, las lajas están colocadas de manera tan increíblemente burda que el propósito parece ser más bien imposibilitar que facilitar el caminar. Ay, quizás no tendríamos que haber pensado eso último; quizás, y hasta probablemente, no tienen la culpa los paraborígenes sino algún restaurador arqueológico.

Así nos encontramos con otro caso de disparidad entre interés en el papel e interés en el terreno, o sea nos encontramos con vestigios de expresión humana importantes por su cantidad, inclusive interesantes por ciertas similitudes con otras culturas del continente americano, y hasta se podría decir, de lugares extra-continentales, pero de un nivel de ejecución sumamente primitivo.

Y ahora, unos datos generales relacionados.

<> En cuanto a antigüedad, la primera actividad humana encontrada hasta ahora - detectada, sería una palabra mejor - fue evaluada a 3300 a.C.; pero los vestigios que son el interés habitual de San Agustín, o sea las estatuas, fueron fechados, en algunos casos, a una máxima de 600 a.C., y en su mayoría, a los siglos entre III y XII d.C. - en realidad, nosotros vimos un grupo escultórico sin terminar, por la interrupción de la invasión española.

<> En cuanto a cantidad, se ha extraído hasta ahora más de 550 estatuas, y se sabe que, en el subsuelo, hay mucho más.

<> No hay excavaciones organizadas por el momento, pero siempre se va encontrando algo por la actividad, no de arqueólogos sino de guaqueros. Justamente, hace un par de meses, en el sitio El Cerro de la Pelota, un guaquero encontró - no sin haberla destrozado en el proceso - una estatua con la particularidad de tener todavía su decoración policroma, mientras que todas las demás estatuas, si bien se sabe que, originalmente, también estaban pintadas de varios colores, hoy en día, ya perdieron sus pinturas por la intemperie, y se ven como simple piedra labrada.

<> El tallado de piedra no era la única expresión de los habitantes pretéritos de esta región; también trabajaban el oro, el cobre, y varias aleaciones de ambos metales.