►3/ El afamado sitio Fuente de Lavapatas, encontramos que es simplemente un
grupo de rocas pulidas por las aguas en el lecho de un arroyo, como las hay infinidades, en infinidades de arroyos, salvo que, en este caso, estas rocas con contacto acuático fueron además talladas por los paraborígenes; hay representaciones de serpientes, lagartos, salamandras y figuras antropomorfas. Se puede, si se quiere, distinguir tres partes, con diferentes grados de elaboración; los arqueólogos, con su astucia habitual, decidieron que cada parte corresponde a una determinada jerarquía social: para los jefes y sacerdotes, para la gente media y para la gente sencilla. Esta Fuente de Lavapatas, que, en cierta literatura, se llama la más grandiosa obra escultórica de los Agustinianos, para nosotros es la curiosidad de la ocurrencia de ubicar tallados rupestres en contacto con las aguas vivas de un arroyo - ciertamente no por antojo de esteta, ciertamente por alguna simbología que, hoy, se puede solamente conjeturar, o forjar.
Lo más notable de este sitio es que fuimos entre los últimos en ver el agua del arroyo fluir por dichas rocas. Resulta que todo el lugar, en este momento, es más un campo de batalla que otra cosa porque están justamente haciendo trabajos de canalización subterránea para desviar el agua del arroyo, fuera de las piedras.
- ¿Y por qué?
- Porque el agua se va comiendo las piedras.
- ¿La erosión del agua?
- No, la contaminación.
- ¿Contaminación, en esta zona tan apartada?
- Sí, señor. Usted sabe, los detergentes y todas esas vainas.
- ¿Así que no habrá más agua pasando por encima y por entre los tallados?
- Sí, vamos a traer agua limpia de una quebrada por un acueducto.
Pero, para nosotros, con o sin agua, contaminada o no, esta Fuente de Lavapatas no se merece la fama y la larga caminata de ardua bajada y, luego, más ardua subida. El que más sensatez mostró en su apreciación del sitio fue quien le dio su nombre: un interesante lugar para lavarse las patas.
►4/ El cuarto sitio de esta Zona Arqueológica, el Alto de Lavapatas, se merece
todavía menos una extra caminata más allá de la Fuente de Lavapatas, caminata todavía más larga y más ardua.
- Y ¿por qué, entonces, a cierta gente le vale mucho la pena de llegar hasta >>el Alto de Lavapatas?
- Pues, señor, la vista desde la loma es magnífica.
- Sí, señor, pero esta zona es de arqueología y no de vistas.
Ah, y también, en una de las cinco esculturas, se puede discernir la trompa >>de un elefante - ¿se imagina Usted, elefantes en América?
- Y ¿qué hay con elefantes en América? si en Bogotá mismo se encontró restos >>de elefantes o mastodontes, en Cali se encontró dibujos de elefantes sobre >>discos de oro, hasta sería aburrido hacer una lista de todos los sitios de >>América donde se encontró restos de mastodontes o de elefantes - y nosotros >>>>>>>>