barrera siempre cerrada y un guarda siempre presente, de manera que no puede penetrar dentro de cada recinto de manzanas otro vehículo que aquellos de los residentes. Se ve que no fue siempre así: se nota que las calles de cada recinto ahora fortificado fueron construidas originalmente como parte de las calles fuera de lo que hoy es el recinto, y que fue luego, como medida de seguridad, que se cortaron todas las calles de acceso, salvo una, con vallas que son, ni más ni menos, parecidas a las defensas anti-tanques que había en las ciudades europeas durante la guerra.
Un aspecto no entre los menos notables de la histeria colectiva es que los Colombianos no niegan la situación, no tratan de esconderla, no tratan de justificarla; la aceptan, la reconocen, hasta la proclaman para bien y protección de personas como nosotros que podrían ser víctimas por ignorancia.
Otra vez, retraídos para la noche en nuestro callejón milagroso. Tuvimos suerte de encontrarlo.
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Hoy, lamentablemente no sin novedades.
Nos tocó otro problema, que esperamos que no sea, pero que nos tememos que sea, bastante serio; Bogotá, la ciudad de los problemas: a Karel se le rompieron dos dientes delanteros, lo que, a todas luces, requerirá una atención dental pronta, fundamental y de confianza. Menos mal que tenemos contactos con gente que, se puede suponer, conocerán un dentista muy bueno - el presidente de la Radio y Televisión Interamericana y el director del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional; pero, siendo ahora viernes de tarde, habrá que esperar hasta el lunes.
\BG/ Varias otras anotaciones.
▪▪ Descubrimos dos estaciones radiofónicas más de música clásica, de manera que, después de meses, sino años, nos podemos dar el lujo de elegir entre dos o tres programas ofrecidos concomitantemente.
▪▪ Los policías de Bogotá no patrullan; siempre parados en esquinas; y están siempre de a tres.
▪▪ No nos acordamos si ya mencionamos que el centro comercial que nos sirve de base de operaciones también tiene sus estrictas medidas de seguridad.
▪ El estacionamiento tiene una barrera siempre custodiada por los cuatro ojos de dos guardas, y siempre hermética salvo para dar paso a cada coche individualmente, uno por uno, y previa entrega, a la entrada, por los encargados al conductor, de un comprobante con el número de la placa del >>>>>>>>