contrapelo. Por lo que ocurrió otro desliz; a Lancey; y tenemos la versión moderna local Lancey Meadows, algo como Prados de (alguien llamado) Lancey. El ancón desapareció por completo.
L'Anse-aux-Méduses
L'Anse aux Meadows
Lancey Meadows
║ Algo parecido ocurrió con "Cabo Arpón".
Apocópese la primera palabra dos veces: Ca-Arpón; condénsese las dos "a": Carpón; déjese mudar la "a" en "i", pero evitando la molificación de la primera letra que así ocurriría, y para ello cambiándola a "qu" para guardar el sonido original duro: y ahí está - de Cabo Arpón, a Quirpon, la isla que puede haber atraído los Vikingos al promontorio todavía sin l'Anse aux Méduses y sin su Straumfjord.
║ ¿Y el verdadero significado de Groenlandia?
¿Quién puede creer la fábula que habitualmente cuela por ahí, según la cual Erik Thorvaldsson El Rojo fue el más genial promotor de propiedades inmobiliarias de todos los tiempos; según la cual, mientras otros promotores inmobiliarios logran vender bañados como magníficos solares para casas quintas, Erik El Rojo logró atraer colonos a sus glaciares cantando éstos como Tierra Verde como Groen-landia?
¿No es mejor creer nada y quedar en ayunas que creer esto? Como ya sugerimos, difícil creer que semejante tramoya hubiese quedado impune entre tales aventureros. Y no somos los únicos discreídos.
Por eso, sin duda, es que tropezamos una vez con la siguiente ponencia de un espíritu a todas luces insatisfecho con la astucia inmobiliaria. El topónimo Groenlandia sería la transferencia a esta isla de la mítica residencia del más joven de los Titanes, dios del Tiempo, Cronos - Cronoslandia, Gronoslandia, Groenlandia.
Y nosotros tenemos algo que es media-realidad y media-teoría.
• La realidad es que, indiscutiblemente, la partícula "Groen", y la partícula "Krono" también, son parte de la toponimia escandinava en Europa. Por ejemplo, hay un estrecho marino de nombre Groensund.
• Entonces, la teoría es que la denominación Groenlandia bien podría ser, no la descripción de una realidad en el lugar nominado sino una transferencia sentimental de una costumbre cultural toponímica a un lugar nuevo sin que ello signifique la transferencia al lugar nuevo del significado intrínseco que el topónimo puede haber tenido o no tenido en el terruño viejo. Algo así como un Argentino yendo a vivir a Suiza o al Himalaya, y denominando su jardincito, o incluso sólo su casita sin jardín, "La Pampa".