dónde se tuerce el canal más navegable - o, mejor dicho, menos dificultoso - >>y el otro está en la popa, manejando el motor; a menudo, el agua se vuelve >>tan poca que el guía de atrás tiene que levantar el motor y el guía de >>adelante, haciendo gran fuerza, tiene que ir empujando con lo que llaman una >>palanca, o sea una pértiga larga, contra el fondo del agua; a veces, los dos >>guías saltan al agua para empujar desde afuera; a veces, Karel también salta >>de la piragua para ir empujando con los guías; a veces, la mujer también >>tiene que salir de la piragua con la criatura en sus brazos para aliviar la >>piragua y va caminando un trecho hasta que el agua se vuelva otra vez un >>poco más profunda.
Cada cien metros, cada vuelta de río, trae su dosis de dificultad - presente, o inminente.
Otro caso de diferencia entre saber y sentir; antes, "conocíamos" el concepto de aguas de río fluyendo en declive, pero ahora lo "sentimos" en nuestra experiencia propia; una cosa es el deslizar romántico de una piragua en un espejo de agua como lo hemos visto en las aguas tranquilas del río Chucunaque cerca de Yaviza y otra cosa es esta lucha contra aguas casi torrentosas.
Se ve aisladas chozas de cañas, y de hojas de palmeras o de bananos, en sus plataformas sobre pilotes. La vida en estas chozas sí la entendemos, pero aquella en los pueblos como Boca de Cupé, e incluso Yaviza, no.
Nos desviamos del río Tuira para empezar a subir por uno de sus tributarios, el río Paya. Naturalmente, de repente nos encontramos en una vía de agua mucho más angosta; a veces, nos deslizamos por entre lianas colgando de las ramas y por entre ramas bajas; los dos aleros vegetales longitudinales, ahora, se unieron en una bóveda por encima del arroyo. Se ve hermosos pájaros azules, y también otros, con un contraste de amarillo y negro - ah, y ahora, también hay increíbles mariposas grandes, de un color azul metálico.
El único rubio es el perro
Cruzamos una piragua de pescadores; les compramos unos pescados; nos paramos en el primer banco de grava - lo que aquí llaman una playa, para asar nuestra compra. Los paraborígenes-guías querían hacer los pescados fritos, que, aparentemente, es la única manera que conocen para cocinar cualquier cosa - carne frita, pan frito, todo frito, y siempre en el mismo aceite recalentado otra y otra vez, lo que, bien es sabido, es malo para la salud, en general, y carcinógeno, en particular; Božka ofreció hacerlos asados en brasas.
Preparando el pescado en una "playa"
Ahora, el motor no quiere arrancar. Incertidumbre.
Diez minutos de incertidumbre. Vamos.
Sigue la lucha aguas arriba.