Pero Yaviza es posiblemente el heredero de una venerable antigüedad.
Por comparaciones entre descripciones históricas y este sitio, Yaviza es el lugar probable donde el famoso Balboa estableció su astillero para proveerse de barcos del lado pacífico del istmo. A primera vista, uno se pregunta qué idea rara es construir embarcaciones de mar aquí - a mitad de distancia entre los dos océanos - pero, a segunda vista, y acordándose de que sus primeros tres barcos no fueron creados aquí sino traídos pedazo por pedazo, por tierra, desde el Atlántico, para ser rearmados aquí, se aprecia como muy sensata la idea de reducir la distancia de transporte a un mínimo, y se ve la astucia de rearmarlos en la protección de tierra adentro, y sin embargo en contacto fluvial con el océano Pacífico.
Es justamente por la probable estela de Balboa, desde Yaviza, por el río Chucunaque, hasta El Real, que nos va a tocar ahora navegar, antes de desviar y empezar a subir aguas arriba hacia la frontera de Panamá y Colombia.
El Real. Sobre aguas notablemente plácidas. Entre otras cosas, fuimos, los guías y nosotros, al hospital, a conseguir pastillas para la señora, que no se siente bien.
Parada en El Real, cerca de un barco bananero
Más correctamente, El Real de Santa María. Todo un sólido pueblo, incluso con un esbozo de plaza central. Y con raíces históricas acorde al rango de su denominación.
•- Como reducto de los Españoles, El Real tuvo que aguantarse repetidos
ataques, tanto de paraborígenes como de esclavos negros insurgentes,
durante los siglos XVII, XVIII y hasta XIX.
•- Como lugar de almacenamiento de oro extraído en la zona, fue saqueado
varias veces por piratas. En uno de tales saqueos, en 1680, El Real
también fue quemado.
Ahora sí, empezamos a navegar aguas arriba; por el río Tuira.
Hay un variado tráfico de piraguas, llevando gente, plátanos, maíz. El agua es de poca profundidad, hasta con obstrucciones de bancos de barro y de troncos. Hay niños bañándose y mujeres lavando ropa. Se ve, a lo largo de ambas orillas, chozas, ya sea aisladas o en pequeños grupos. La indumentaria parece ser una elección personal de cada individuo: se ve gente vestida de pie a cabeza pero también se la ve, tanto entre mujeres como entre hombres, desnuda de la cintura para arriba. Lo malo de la situación es el ruido del motor de la piragua, pero, sin el motor, la gran distancia a recorrer se volvería muchas veces más larga, como diría cierta gente.
Hace justamente un año - hace notar Božka con su memoria oportunista - que también estábamos viajando por los meandros de un río; pero lo hacíamos en nuestro vehículo porque el río era el Mackenzie helado, en dirección al pueblo >>>>>>>>