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  Pero, también incidentalmente, y también de manera muy asombrosa, nadie, de los Panameños con quienes hablamos, cree que los Vespuccianos realmente se retirarán de la Vía el 31 de diciembre de 1999 como prometido en el nuevo tratado; todos, sin excepción, están convencidos, cínicamente, de que los Vespuccianos encontrarán alguna vuelta para quedarse otra eternidad a pesar del compromiso tomado.

> Hubo otro ataque de abejas africanas, o africanizadas como las llaman aquí - que no es lo mismo - en plena ciudad, con la gente huyendo en pánico y pidiendo auxilio a los bomberos; pobres bomberos, sirven para todo; y quién no huiría, en una ciudad, aun con las mansitas abejas italianas.

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  Pero todo lo anterior fue solamente un contrapunto.
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Contrapunto para  el esfuerzo, tenso y básico, de hacer lo posible y lo imposible para no omitir el paso desde Panamá a Colombia por el Tapón del Darién. Sí, sentimos nuestras cabezas como molinos que acaban de reducir toneladas de piedras a polvo y todavía tienen más faena por delante, como sigue.

Como vimos en Yaviza, nuestra primera intención, cruzar por la selva con nuestro vehículo, no es posible este año por las lluvias intempestivas.

Como descubrimos en Puerto Lara y en el puerto de Ciudad Panamá, costear por mar cerca de la orilla, parando en los varios pueblos costeros, tampoco puede ser.

Otra idea - que no nos acordamos si ya mencionamos - que tampoco puede ser, fue la de mandar el vehículo por barco, y nosotros fletarnos una avioneta de aquí a Colombia con paradas frecuentes para conocer el Tapón por lo menos en ciertos puntos, como hubiese sido por el barco costero. No puede ser porque, según nos enteramos, un vuelo tiene que ser ya sea interno o internacional; si es interno, puede parar donde se quiera pero no puede cruzar la frontera, y si es internacional, hay que salir de, y llegar a, un aeropuerto con aduana, en este caso, en la práctica, salir de Ciudad Panamá y llegar a Buenaventura.

Y mandar el vehículo por barco a Buenaventura, y nosotros tomar el avión con el mismo destino, no lo queremos. Y ni eso sería tan fácil porque no hay servicio de avión de aquí a Buenaventura - solamente de aquí a Cali, y, después, habría que llegar de Cali a Buenaventura por algún autobús, con todos los inconvenientes y demoras desconocidas del caso.

Así era la situación que rumiábamos y rumiábamos, horas y días, en círculos, porque otra cosa no se nos ocurría; pero determinados que, en algún momento, de alguna parte, alguna idea tendría que surgir, aunque por autogénesis sea.

Y así llegó el momento cuando, aparentemente por autogénesis, se nos prendió otra lamparita en la cabeza: ya que los diarios y las radiodifusoras y las >>>>>>>>