> No hay contaminación ambiental detectable, por lo menos por los medios comunes de los ojos y de la nariz.
> En el renglón de la radiofonía, por desesperación, empezamos, por una repentina inspiración, a explorar otra vez las ondas cortas; es ciertamente más interesante, aunque no se entienda nada del idioma hablado; siempre hay las posibilidades, de análisis fónico de los idiomas desconocidos, y del descifrado aproximado de los idiomas no conocidos pero afines con idiomas conocidos; y, en los idiomas conocidos, siempre hay las eternas confrontaciones ideológicas.
> Tanto tiempo ya hace que estamos en Panamá que tuvimos, pues, que pedir la prórroga de nuestra visa; ah pero, en Panamá, pedir una prórroga de una visa no es como pedir una visa original. ¿Mucho más simple? No, mucho más complicado.
Tuvimos que traer dos fotografías, y ellos, luego, sacaron una tercera. Tuvimos que llenar todo un formulario, con la mitad de la información ... no sobre el interesado sino sobre el conyugue: así, se pide la nacionalidad no del interesado sino del conyugue, etc. En el caso nuestro, se enteraron de los datos de uno por el formulario del otro, pero ¿qué pasa cuando una sola persona solicita la prórroga, o la persona es soltera? Debe de haber alguna razón que la razón no conoce.
Y hubo el problema de la dirección donde quedamos en Panamá; explicamos que vivimos en nuestro vehículo; ah, pero "necesitan una dirección, si no, no se le puede dar una prórroga"; en un relámpago de inspiración, supimos qué dirección darles, una dirección que ellos entenderían perfectamente, una dirección bien centroamericana, y en el acto establecimos nuestro domicilio oficial en Panamá como "Frente al Pitetrón en el barrio de El Dorado"; seguramente les pareció más evidente y natural que alguna calle y un número; y en el cortísimo tiempo de una hora de espera, salimos con sendas cédulas de identidad temporales, con plastificado y todos los demás detalles oficiales.
> En una de las emisiones periodísticas matutinas por radio, escuchamos el sorprendente, interesante, hasta sobrecogedor, comentario de que, con 14 ó 16 partidos políticos y 7 candidatos a presidente, en lo que serían las primeras elecciones en 17 años, el pueblo no tiene interés en las elecciones "porque había probado algo mejor que la debilidad de un gobierno fraccionado, y compuesto por politiqueros que buscan, más que nada, la satisfacción de sus apetitos personales; porque había probado el gobierno de un hombre fuerte que sabía lo que quería y sabía cómo conseguirlo". Esta opinión, tendrían que escucharla los países que se extasian ante su propio sistema nominalmente democrático y que consideran un deber sagrado imponerlo a todo el mundo.
Incidentalmente, según el periodista, uno de los logros de dicho hombre fuerte fue extirpar, por lo menos en el papel, la soberanía de la Vía de Navegación de las garras vespuccianas.