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Esta mañana, después de Canglón en dirección a Yaviza, todo cambió dramáticamente; el camino y la vegetación.

El camino, previamente de grava fina muy buena entre Cañazas y Canglón, se volvió de repente una brecha de tierra apenas aplanada, subiendo y bajando laboriosamente cada loma y lomita del terreno, y apretada desde ambos lados por una tupida vegetación.

Esta vegetación, sí, es como nos la representábamos en el Darién - con un sotobosque tupido, impenetrable, reforzado por árboles de tamaño regular, y todo ello, dominado por gigantes singulares, aquellos gigantes que notamos ya ayer, pero, entonces, solitarios, sin explicación en el medio de pastoreos, con tronco grosísimo, altísimo, y con tan sólo un mechón de ramas en la cima.

Se ve que, hasta Canglón, el sotobosque, y, a veces, todo el bosque salvo los gigantes, fue desmontado - pero, aquí, después de Canglón, todo parece ser tal como lo hizo la naturaleza misma.

Ah, pero empezó a llover.

Hm. Sigue lloviendo; la tierra se está poniendo pesada; si este camino, áspero y angosto, se pone resbaladizo, el asunto va a ser toda una nueva historia.

Llegamos a unos tres kilómetros de Yaviza; y ya no importa mucho que llueva o no llueva: con o sin lluvia, no se puede seguir más allá; con las fuertes lluvias intempestivas en esta época supuestamente de sequía, grandes charcos inundan las hondonadas por donde trata de arrastrarse el camino, y Yaviza está cortada del mundo exterior; se puede llegar solamente por piragua, por el río Chucunaque, pero a nosotros ello, naturalmente, no ayuda mucho.

Por otra parte, quizás haya esperanza: hay aquí un equipo de maquinaria pesada con la tarea difícil, pero muy imperativa, de abrir el paso a Yaviza cuanto antes - antes de hoy a la noche si posible, a lo más tardar, mañana; porque resulta que hoy es viernes, y, hoy a la noche, empieza el fin de semana del Carnavalito, una fiesta en Yaviza a donde llega la gente incluso desde Ciudad Panamá; y si todos los que llegan encuentran que no pueden pasar, se va a armar un alboroto tal que hay que hacer lo imposible para solucionar la situación.


Tratando de abrir camino

Por ahora, no sabemos qué decidir.  Vamos a ver.

Mientras tanto, aprendimos que este camino de Canglón a Yaviza no es la continuación de la "carretera panamericana", es solamente un camino de acceso de Canglón a Yaviza; la "carretera panamericana" propiamente dicha termina, por ahora, en Canglón, y el trazado previsto desde Canglón hacia Colombia no pasará por Yaviza sino por otro lado de la selva.

También aprendimos la razón principal por qué no se está terminando la carretera de conexión con Colombia: a más de las cuestiones de la aftosa, de >>>>>>>>