droguería tal y/o el restaurante cual; lo más curioso del caso fue que encontramos con mucho más facilidad este sitio que la aduana.
Incidentalmente, creemos haber encontrado, por fin, un laboratorio donde podrán satisfacer nuestros requerimientos - empezando con guantes blancos para manipular los negativos - lo que, tanto nos pone contentos, porque nos preocupaba andar con rollos para revelar en estos calores y humedades, como nos pone nerviosos, porque no tenemos la conciencia totalmente tranquila, tanto a raíz del golpe recibido por nuestras cámaras durante la visita a la cueva de San Borjita como por el calor del caño de escape al que fueron sometidas algunas de las películas durante la misma visita; pero será mejor saber, de una vez, si las máquinas están en condiciones que ir tomando fotografías a ciegas siempre con la duda royéndolo a uno.
Esto va a ser la primera oportunidad de revelado que encontramos, a pesar de diligentes búsquedas, desde Pasadena.
Recién fuimos al supermercado, parte del complejo comercial más grande y más moderno de Ciudad Panamá.
El estacionamiento del centro comercial, de noche
Por las brillantes publicidades referente al modernismo y al tamaño de este centro, esperábamos que quizás sería algo equivalente a los centros comerciales de Canadá y Vespuccia - salvo que sería con refrigeración en vez de calefacción. Pero, nada de eso, aquí. En los centros comerciales de Vespuccia y Canadá, uno puede pasarse confortablemente todo el día si quiere; aquí, una vez hecho lo más necesario, la única gana que uno tiene es irse.
El supermercado no tiene la prestancia del supermercado de San José, pero tiene más variedad de mercancías - incluso tiene el inaudito lujo de puro jugo de naranja tal como la naranja lo hace, sin ningún mejoramiento de mano humana; si bien no tiene manteca sin sal.
Todas las inscripciones son bilingües, inglés y castellano - por lo menos, el castellano en primer lugar, la perfecta oportunidad de aprender que zanahorias son carrots, lechuga es lettuce, papas, potatoes, y así sucesivamente.
Mientras tanto, se hizo tarde, nos estacionamos en una calle residencial a dos cuadras del centro comercial, para la noche.
El dormitorio
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Esta mañana, nos dedicamos a nuestra habitual investigación de las ondas radiofónicas; parece que estamos, otra vez, en un desierto radiofónico; no pudimos detectar hasta ahora ninguna emisora que se pueda llamar inteligente; eso sí, por lo menos, hay informativos más o menos completos.