formas compactas como si fueran cerebros, que, parece, es el coral de superficie, y otros, con ramificaciones como plantas, que, parece, es el coral de agua adentro.
También, se cuenta que hay un antiguo naufragio español; pero de eso, nada sabemos.
Por otra parte, no hay la más mínima vida marina visible, y por lo tanto, ni un solo pájaro a la vista - pájaro marino, se entiende; hablando de pájaros, cuando veníamos para aquí, vimos nuestros primeros pájaros del estereotipo tórrido, o sea de varios colores vivos.
Con tantas cosas para percibir, ya son las 14, y es evidente que no podremos regresar cerca de San José antes del anochecer - que es lo que queríamos, porque encontramos que los frenos no son satisfactorios y vamos a regresar otra vez al taller.
También, descubrimos, con desagrado justificado, que el toldo que cubre nuestro portaequipaje se abrió a lo largo de una de las desgarraduras causadas por el vuelco en McPherson, lo que va a necesitar un enojoso trabajo de remiendo.
Por todo lo anterior, decidimos pues quedarnos aquí toda la tarde hasta mañana tempranito; después de todo, estamos en un ambiente al cual no estamos acostumbrados, y mañana saldremos a San José para llegar a nuestro apartotel temprano en la tarde y aparecer en el taller al día siguiente, a las 8.
Nos íbamos a olvidar que, efectivamente, hay unos pocos Negros a lo largo de la costa, pero muy pocos; y, efectivamente, entre sí hablan inglés.
Ultima anotación antes de acostarnos: acabamos de sintonizar por primera vez una emisora de Panamá, pero podría haber sido de cualquier otra parte, salvo del Guatemala de las marimbas, por la eterna dieta a presión de amor a todas las salsas.
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Noche muy mala - rugidos del mar, vientos fuertes, calor húmedo con mínima de 24 grados y humedad a saturación, aguaceros repetidos, la perfecta combinación para no poder dormir.
Esta mañana, más de lo mismo; hace un rato, llovió otra vez - lluvias es exactamente lo que no necesitamos para el tajo en el toldo; y mientras tanto, probablemente, en San José los nubarrones siguen colgando en el cielo sin resolverse en lluvia.
Emprendimos el camino de vuelta - no demasiado largo en kilómetros pero bastante largo en tiempo - a San José.