Por fin, pasamos una noche tranquila en nuestra cantera, justito en las condiciones climáticas ideales, con una temperatura mínima de 18 grados, y sin humedad; y, naturalmente, sin custodio.
Lamentablemente, nuestra esperanza de encontrar, esta mañana, una radioemisora decente fue defraudada; durante el desayuno, estuvimos sometidos a un bombardeo implacable de una mezcla de noticias y de publicidad entreveradas sin interrupción frase tras frase; no, mejor dicho, no era bombardeo, porque, entre bomba y bomba, uno puede correr y esconderse - era una metralla de la cual no había salvación.
A los pocos kilómetros de andar, echamos un vistazo a otro pueblo Buenos Aires, el primer Buenos Aires, de los que vimos, que fuese un pueblo de verdad, bastante prolijo y lindo, mayormente de casas con jardines.
También, en los pocos kilómetros recorridos hasta ahora, hicimos el lamentable descubrimiento de que una estupidez, por más indefendible que sea, cuando repetida suficientes veces, se acepta sin titubeos; Costa Rica también se dejó convencer de que una inversión de 180 grados en el sentido de andar y que se representa gráficamente como una (n), hay que llamarla una vuelta en U. Muy lamentable, la propagación de esta yerba mala.
Ah, sí; corrigiendo una impresión de ayer, esta mañana, vimos varios casos de camiones transportando gente.
Hasta ahora, no vimos ni basurales ni basura suelta. En realidad, todo está bastante prolijo; ayer, vimos muchos cercos bien pintados, bien cuidados; ¿por qué será que, en un país, es así, y en otro, es asá?
Lo único que sabemos es, que, en Chisasibi, allá en la bahía de Hudson, era un basural; que, en las reservas paraborígenes de Vespuccia, había más basura que en cualquier otra parte; que, en México, había una basura tremenda; pero aquí, en Costa Rica, un país sin "indios" y en 95/oo caucáseo, no hay basura. ¿Será, ergo, que "indio" = basura, y basura = "indio"? Muy lamentablemente, porque preferiríamos que fuese de otra manera.
Mientras anotábamos lo anterior, pasamos por un campo cubierto de lonas, como los tabacales de Nicaragua, pero estas lonas, totalmente negras; si tuviésemos un custodio, seguramente ya sabríamos qué era - la desventaja de no tener un custodio.
\SJ/ Ya hace varias horas que estamos en San José.
Estamos instalados en un motel - no, perdón, no en un motel, porque, en San José, un motel es una casa de encuentros ilícitos - estamos en un apartotel. Necesitamos ponernos un poco al día después de las ininterrumpidas andanzas desde San Diego - lo que no quiere decir, lamentablemente, que descansaremos; y, sin embargo, lo necesitamos terriblemente.