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2) ¿Porque los propios Vikingos se dieron cuenta que estarían en permanente confrontación con los paraborígenes?

3) ¿Porque los Vikingos posteriores ya no eran Vikingos de verdad?

¿Qué hubiese sido necesario para que Snorri Thorfinnsson, un niño - quizás el primero, quizás el único - nacido de padres europeos en Straumfjord, haya tenido muchos compañeritos, en su generación y en las siguientes?

Y basta. Las espinas, hoy, ya no. Demasiado para un solo día. Es tardísimo. Y todavía tenemos que volver, ahora mismo, al puertito de Saint Barbe, unos 150 kilómetros de lluvia y oscuridad, felizmente sin tráfico en este confín del mundo, a ver qué nos espera para la travesía a Labrador - en cuanto a servicios, en cuanto a estas condiciones meteorológicas.

Qué lindo sería quedarnos aquí no más, terminar todo tranquilamente mañana. Pero, no. No podemos atrasarnos ni de un solo día por voluntad propia; podría ser el día que nos podría faltar en el Alto Artico en invierno, antes del deshielo. Las espinas - será durante nuestro primer sedentarismo inevitable. Y algunas cositas más, que nos flotan en la cabeza, también.

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Noche, en Saint Barbe, pues. Noche malísima; casi no pudimos dormir, por un viento muy fuerte que aullaba a todo pulmón.

En este momento, estamos estacionados en el único dique del sitio, esperando, a ver si habrá travesía hoy o no - por el asunto de la fuerza del viento. Si no hay travesía, perderemos un día aquí. Si hay travesía, no será un paseo de placer.

Travesía no habrá. Con vientos de cien kilómetros por hora, ni pensar, dijo el capitán; y ¿quién podría disentir?

Así que estaremos pasando el día, con una temperatura de unos siete grados bajo cero y con vientos muy enojados, en el confortable recinto de nuestro vehículo, donde podemos prender, cuando queremos, nuestra estufa de querosén, que realmente es muy eficiente.

Estaremos muy ocupados, tratando de poner al día por lo menos parte de las muchas cosas atrasadas que tuvimos que ir dejando por estar siempre tan ocupados con los acontecimientos de cada momento.

Por ejemplo, de las once cintas magnéticas, de una hora de duración cada una, que hemos grabado hasta ahora con la crónica de este viaje, hemos transcrito, con nuestra máquina de escribir, solamente dos. Así que un día como éste, si bien, por otra parte, también tiene su inconveniente porque desde ya tendremos >>>>>>>>