parece ser la costumbre de todo el mundo, aquí, de dar direcciones parciales solamente, agregando siempre "y luego, pregunte otra vez".
Hay todavía dos datos más.
Por una parte, la influencia del idioma inglés está por todas las partes; vimos otra vez autobuses con el rótulo School Bus; hay escuelas de inglés por todos los lados; y es una invasión, a la cual la gente parece someterse sin reparos.
Todo cuanto nos hace acordar que, en Guatemala, hasta en los mercados, se vende diccionarios inglés-español y viceversa.
Finalmente, en Tegucigalpa, es increíble la cantidad de soldados guardando todas las sucursales de bancos - y siempre con un arma larga en la mano apuntando hacia el cielo, como si estuviesen guardando un secreto militar.
Karel fue a un banco para averiguar si podría cambiar unos dólares por lempiras, y para averiguar algo de la moneda nicaragüense; el banco estaba guardado, naturalmente, por un soldado delante de la puerta, pero qué sorpresa fue encontrar adentro otro soldado en alerta; en esta sucursal - de dos empleados - había dos soldados, uno afuera, uno adentro.
Incidentalmente, el banco no podía cambiar los dólares por lempiras porque Karel tenía solamente un billete de la gran denominación de cien dólares; ah, pero un cliente que escuchó la conversación, sin más ni más le ofreció comprarlo y todavía darle un premio sobre el cambio oficial.
En cuanto a la moneda nicaragüense, aquí no se vende. Así que, en México no se puede comprar moneda guatemalteca, en Guatemala no se puede comprar moneda hondureña, y en Honduras no se puede comprar moneda nicaragüense. Qué linda agilidad y cooperación.
\TG/ Lamentablemente, la mejor manera de caracterizar Tegucigalpa es decir >>>> que no está a la altura de ser cabecera de nada.
Por lo menos, no tuvimos dificultad en comprar, por la duda, una reserva de comestibles no perecederos para los eventuales, posibles, tributos de guerra - arroz, azúcar, harina.
Estamos saliendo de Tegucigalpa, a lo largo de su aeropuerto; éste está lleno de aviones militares tan anónimos, pero de propiedad tan obvia, como los aviones y helicópteros de esta mañana.
La carretera empieza a subir, lo que, en este caso, tiene el gran inconveniente de ir aproximándonos a la capa de nubes muy baja; en realidad, hay nubes más bajas que nosotros, en los valles.
Estamos parados para la noche, de emergencia, en una zanja, al lado del camino. La carretera ha penetrado dentro de las nubes, o sea que hay neblina, >>>>>>>>