Ello, por la razón de que la antedicha unión global no había sido del agrado de todo el mundo, de modo que, en 1823, los cinco vecinos centroamericanos se separaron de México y formaron una república federal, las Provincias Unidas de Centroamérica, con capital federal en Ciudad Guatemala, república que duró hasta 1838, cuando los cinco constituyentes se separaron y formaron las cinco repúblicas que se conoce ahora.
Lo curioso es que aquella idea de federación centroamericana nunca feneció por completo, que, en ochenta años, vivió nueve tentativas de resucitación; aun cuando, cada vez, sólo parcial y sólo temporaria; mayormente entre El Salvador, Honduras y Nicaragua, solamente tres veces incluyendo Guatemala; y una sola vez incluyendo Costa Rica.
1841 El Salvador - Honduras - Nicaragua
1845 Guatemala - El Salvador
1847 El Salvador - Honduras - Nicaragua
1849 El Salvador - Honduras - Nicaragua
1862 El Salvador - Honduras - Nicaragua
1885 Tentativa por la fuerza por parte de Guatemala
1895 El Salvador - Honduras - Nicaragua
1907 Tentativa por la fuerza por parte de Nicaragua
1921 Guatemala - Honduras - El Salvador - Costa Rica
Entonces, en 1960, después de aquellas nueve obstinadas tentativas de uniones parciales varias, nació el nuevo concepto de un Mercado Común de América Central, amalgamando los cinco vecinos, con la esperanza adicional, esta vez, de la adhesión de Panamá.
Ahora, evidentemente, el ideal de una nueva unión está más remoto que nunca, y no por culpa de los protagonistas.
Y nosotros tendremos que enfrentar todas estas fronteras donde podría haber ninguna. Y ojalá las podamos enfrentar, que no se nos presente una imposibilidad bélica de cruzar América Central.
Habremos cambiado de país, pero la topografía y la sinuosidad de la carretera siguen no más.
Hace cinco minutos que estamos en Guatemala, y ya tuvimos nuestra primera revisación militar. En la aduana, nos advirtieron de que en cada puente habría una milicia civil armada guardándolo contra posibles sabotajes por los guerrilleros.
Ah, nos íbamos a olvidar de que, en la aduana, también nos dieron un cursillo en historia, proclamando que Chiapas había sido, y tendría que ser hoy, parte de Guatemala y no de México - lo que, en realidad, es solamente un eco de aquel hombre en Tuxtla Gutiérrez quien nos dijo que era Chiapaneco mas no Mexicano.
Ah, pero la topografía no está exactamente como la de México; las laderas están mucho más empinadas, y los espacios entre los pies de los cerros, mucho más reducidos y angulares; hasta en laderas donde parece que sería difícil >>>>>>>>